APRENDER A VIVIR...AN

>> jueves, 10 de diciembre de 2009

CAPITULO 3.


El fin de semana por fin había terminado. Y digo por fin, porqué fue uno de los peores de mi vida. Mi padre me había hecho pagar con creces lo de Tyson y no había podido hacer nada para evitarlo.


Cuando el lunes llegué al instituto me sentía cansada y sin ánimos de nada. Me encontré con Haley en el aparcamiento y conversamos durante unos minutos antes de dirigirnos a nuestras respectivas clases. Fue una mañana bastante tranquila hasta que en la hora del almuerzo me encontré con Tyson, él me sonrió al igual que a Haley pero yo no le devolví la sonrisa, al contrario miré hacia otro lado.


Después del almuerzo tenía clase con Tyson y él intentó hablar conmigo un par de veces, yo simplemente le contesté con monosílabos o simplemente le ignoré. Él se veía un poco desconcertado por mi actitud pero así deberían ser las cosas de ahora en adelante. Durante la clase de educación física el entrenador nos hizo jugar a badminton por lo que debíamos ponernos por parejas, Dylan se puso enseguida con una de las animadoras oxigenadas de manera que Tyson se me quedó mirando con cara de perrito pachón, por un momento estuve a punto de juntarme con él, pero Kevin, mi compañero de alemán me habló antes de que Tyson pudiera decir nada:

  • Ei Alex ¿juegas conmigo?- preguntó amablemente.

  • Eh, claro...- le dije un poco desconcertada. Kevin no parecía la clase de chico que quisiera juntarse conmigo en público.

  • Bien, vamos. Ya tengo el volante (pelota de badminton) y las raquetas, vamos a esa esquina de allí.- le seguí y vi que Tyson me miraba desconcertado y que con resignación formaba pareja con un chico bajito y con gafas. Vale puede que el chico fuera de estatura normal, pero al lado de Tyson parecía realmente bajo.

  • No me había fijado que compartíamos esta clase.- le dije a Kevin.

  • Vaya...¿Debería sentirme ofendido?

  • No ¿por qué?- pregunté mientras recogía el volante que no había conseguido golpear bien.

  • Debo resultare muy insignificante si no te das cuenta que compartimos mas de 2 clases.

  • ¿Mas de dos? ¿enserio? Lo siento, es que soy bastante despistada.

  • Menos mal, mi ego no hubiera aguantado que no te fijaras en mi.- hice una mueca ante su comentario y el se rió con una fuerte carcajada.

  • ¿Qué?- pregunté.

  • Tu cara...¡estaba bromeando, Alex!

  • ¡Oh!- y me sentí estúpida.

  • ¡Vosotros dos!- dijo el entrenador.- menos cachara.


El resto de la clase pasó bastante rápido, mientras jugábamos Kevin me hablaba de algunas cosas que la verdad, no me interesaban mucho. Yo solamente asentía, dejaba ir un ajá de vez en cuando y respondía cuando me preguntaba algo.

Terminó la clase y me dirigí a los vestuarios como el resto de mis compañeros, ya en la puerta del vestuarios de chicas Kevin volvió a acercarse a mi:

  • Esto...Alex, ¿me preguntaba si el viernes por la noche quieres ir a cenar conmigo?- me preguntó mirándome a los ojos.

  • ¿Qué?- pregunté yo incrédula.

  • Que si quieres ir a cenar el viernes.- repitió con una sonrisa.

  • ¡Oh!- dije por decir algo, estaba sorprendida.- la verdad es que no puedo,Kevin. Pero gracias por proponerlo.

  • ¿Y el sábado?-insistió.

  • Tengo que cuidar de mi hermana, no puedo ningún día. Lo siento.

  • Ya...bueno, cuando tengas un día libre me lo dices y te llevo a cenar.

  • Claro. Bueno, hasta luego.


Y antes de que pudiera decir nada mas entré en el vestuario. Me duché y me vestí a toda velocidad, de igual manera salí de los vestuarios y choqué con Tyson que iba hablando con Dylan, los dos reían de manera exagerada:

  • ¡Au!- exclamé en mi choqué con el chico torre. Me desequilibre y empecé a caer. Para no caerme me cogí de su camiseta pero para lo único que sirvió fue para que el también cayera.

  • ¡Mierda!- exclamó Tyson que terminó encima de mi.

  • ¡Ah!- jadeé por la caída y por el peso de Tyson. Mi espalda ya dolorida se estaba resintiendo de sus heridas, mis costillas ardían de dolor pero lo que mas me dolía era el contacto de Tyson conmigo, eso me dolía en el alma. Él había quedado encima de mi en una posición que me recordaba a cuando mi padre estaba encima de mi violandome. Su pecho aprisionaba el mio, su aliento al lado de mi oreja y su pelvis estaba en contacto con la mía.

  • Joder, Alex. ¿Estás bien?

  • Quita.- le dije empujándolo hacia un lado con fuerza, el golpeó de espalda contra el suelo.

  • ¡Auch, bruta!- dijo el divertido. Yo me levanté rápidamente y aun sabiendo que el no tenía la culpa ni intenciones de hacerme nada no puede evitar mirarlo con un odio profundo.

  • A ver si miras por donde vas, imbécil.


Dicho esto me fui como alma que lleva el diablo hacía mi siguiente clase. Esa clase también la compartía con Tyson y Dylan así que enseguida me arrepentí por mi comportamiento. Haley ya estaba esperando en la puerta y me saludó cuando llegué. Esperamos a que llegara la profesora y entramos en el aula cuando esta lo hizo, minutos después llegaron Tyson y Dylan. Tyson se me quedó mirando con ¿tristeza? en su cara, pero se sentó sin decir nada a su mesa.


Las clases terminaron y yo me despedí de Haley en el aparcamiento, me subí a mi coche y puse rumbo a la escuela de Chloe, llegué con unos minutos de antelación de manera que esperé. Cuando los niños empezaron a salir busqué a mi hermana entre ellos, la vi salir de la mano de otra niña, las dos niñas fueron primero a hablar con una mujer joven, de unos 28 años, alta y esbelta, rubia y que vestía de manera informal, unos shorts vaqueros y una camiseta rosa sin mangas, mi hermana señaló hacía mi y la mujer vino a hablar conmigo seguida de las niñas:

  • Hola.- me dijo con una sonrisa- eres Alex ¿verdad?

  • Sí.- le contesté.

  • Yo soy Allison, la mamá de Emma.

  • Oh.- en ese momento reconocí el nombre de la amiga de mi hermana.

  • Encantada.- le dije ahora si sonriendo.- antes de que ninguna de las dos pudiera decir algo mas intervino Chloe.

  • ¿Puedo ir el viernes a dormir a casa Emma?- me preguntó ansiosa.

  • eh...- hoy estaba de lo mas elocuente.

  • El viernes es el cumpleaños de Emma.- empezó a decir Allison.- y bueno, vamos a hacer una fiesta de pijamas en casa. ¿Le das permiso a Chloe para venir?

  • Yo...no se.- empecé a decir.- no es que desconfíe de ti, ni mucho menos. Pero no me parece muy buena idea enviar a Chloe a casa de alguien que no se nada.

  • ¡Alex, yo quiero ir!- protestó Chloe.

  • Ya lo se cielo, pero...

  • Tienes razón Alex.- dijo Allison.- eres una chica muy sensata, yo tampoco me fiaría de enviar a Emma a casa de unos extraños. Pero te aseguro que mi marido y yo somos muy normales. Mi marido es cámara de televisión y yo soy asistente social, no fumamos, no bebemos, somos vegetarianos y no somos ningunos pirados religiosos como Ned Flanders. (personaje de los Simpson, supongo que ya lo sabréis, pero puede que esteis un rato pensando sin que os venga en mente).

  • Es bueno saberlo.-dije riendo.

  • ¿Por qué no vamos a merendar con las niñas y seguimos charlando?- dijo Allison muy amablemente.

  • Claro.- le dije sincera. En verdad me apetecía seguir hablando con ella, era muy agradable.

Fuimos a una cafetería que se encontraba a pocas cuadras de la escuela, pedimos gofres para las cuatro y mientras Chloe y Emma estaban en su mundo yo conversaba con Allison. Ella me confirmó su edad, como yo había supuesto tenía 28 años, de manera que tuvo a Emma a los 20. Me explicó que su ahora marido había sido su novio des del jardín de infancia, que estaban locamente enamorados y que por eso cuando ella se quedó embarazada tan pronto decidió tener al bebé ya que era el fruto de su amor. Me preguntó por “nuestra familia”, yo solamente le dije que vivíamos con nuestro padre y que nos habíamos mudado hace poco des de Nueva York. Me preguntó por mi madre, y le dije la verdad, que había muerto al dar a luz a Chloe, ella preció sentirlo sinceramente.

Hablamos durante aproximadamente un hora y media hasta que nos dimos cuenta de que se nos había hecho tarde. Como Allison me había dado muy buena impresión le di permiso a Chloe para ir el viernes a su casa, cuando salíamos de la cafetería vi un letrero en la puerta “SE BUSCA CAMARERA”, me lo quedé mirando y Allison a mi:

  • ¿Estás buscando empleo?- me preguntó.

  • No...y si.- contesté. Ella se río.

  • Creo que no lo tienes muy claro.

  • ¡Me gustaría encontrar un trabajo por las tardes pero no tengo con quien dejar a Chloe.

  • Puedes apuntarla a alguna actividad extraescolar en la escuela, están diseñadas para niños que no pueden quedarse con nadie después de la escuela ya que sus padres trabajan

  • ¿De verdad? No lo sabía.

  • Sí, están muy bien. Tienes que pagar 30 pavos al mes pero no es caro.

  • Lo pensaré.- dije.

  • ¿Por qué no preguntas lo del empleo? No creo que esté disponible por mucho tiempo.

  • Tienes razón ¿me esperas?

  • Claro.


Y me dirigí a la barra para preguntar sobre el empleo. Hable durante unos minutos con el propietario y la verdad es que ese empleo era perfecto para mi. Ahora mismo no necesitaba el dinero pero si quería irme de casa con Chloe en cuanto cumpliera los 18 necesitaba conseguir dinero, tenia muy poco ahorrado. Lo decidí, aceptaba el empleo, mañana mismo apuntaría a Chloe a alguna actividad extraescolar y yo ahorraría para cuando fuera el momento de irnos.


Después de arreglar las cosas con el dueño, Rob, regresé afuera donde me estaban esperando. Allison me preguntó y yo le dije que el trabajo era mío. De camino al coche le expliqué a Chloe que se quedaría mas tiempo en el colegio y mi adorable hermana no puso ninguna pega.

Una vez en casa tanto Chloe como yo hicimos los deberes y después, mientras ella miraba la tele yo me puse a preparar la cena. Hice pollo al horno con patatas y cenamos Chloe y yo solas porqué mi padre no llegaba aún. Después de cenar mandé a Chloe a lavarse lo dientes y a dormir, yo me quedé limpiando los cacharros de la cocina y luego fui a ver la tele un rato consciente de que si me iba a mi cuarto tampoco iba a poder dormir.

Me había quedado dormida en el sofá viendo “American next top model” no es que me gustaran ese tipo de programas pero era eso o “Criminal Minds” y la verdad no me apetecía ver asesinatos. Me despertó la puerta de la entrada y como siempre el miedo me invadió, miré mi reloj y eran las cuatro de la madrugada. Me levanté del sofá y enfrente a mi padre, estaba borracho, borracho sería poco, la verdad es que no se como se mantenía en pie y para si su estado de embriaguez fuera poco estaba sangrando, alguien le había golpeado ya que su ceja, su labio y su nariz sangraban:

  • Dios ¿Qué te ha pasado?- seguramente pensareis que soy imbécil por preocuparme por él después de todo lo que me hacía, pero no os equivoquéis, no estaba preocupada, simplemente sorprendida. Él se merecía cada paliza que le pudieran dar.

  • ¿Alex?- preguntó enfocando la vista.

  • ¿Quién si no?- no esperé su respuesta.-¿Qué te ha pasado?

  • Me he peleado en bar.- dijo con dificultad.

  • Ya veo.- dije suspirando.- ve a la cocina iré a por algo para limpiarte las heridas.- ¿Soy gilipollas? Pues sí, la verdad es que si. Si fuera estúpida no habría ido a buscar el botiquín para curarle sus heridas. Le habría dejado ahí sangrando. O mejor, le habría dado con una sarten en la cabeza hasta matarlo. ¿Me pregunto si lo hubiera podido cargar yo sola hasta el coche y dejarlo en un callejón?- ¡Basta, tu no eres así, Alex!- dije para mi misma en el baño.- La violencia no se cura con violencia.- volví a la cocina y lo encontré sentado en una silla con la cabeza echada hacia atrás reposando en la pared.- Voy a curarte esto.- le anuncie.

  • Vale.- dijo y me vino un horrible olor a alcohol. Le curé los cortes con agua oxigenada y luego le puse unos apósitos.

  • Ya está.- le dije apartándome rápidamente de él.

  • ¿A dónde vas?- preguntó levantándose y cogiéndome de la cintura.

  • Suéltame.- le dije. Si es que hay que ser idiota. Le curo sus malditas heridas y él en lo único que piensa es en violarme otra vez. Y yo pensando en que no se podía aguantar de pie.

  • Vamos Alex, complaceme.- al menos hoy no estaba violento, debía estar agradecido por mis “cuidados”(es sarcástico).

  • Por favor.- dije intentando soltarme de su abrazo.

  • No me hagas enfadar.- Dijo apretándome un poco mas.- Arrodillate y complaceme.- y me empujo hacia abajo. Tenia dos opciones o hacerlo por las buenas o por las malas después de que el me golpeara, de las dos maneras terminaría haciéndolo así que decidí ahorrarme la paliza. Me arrodille, le abrí los pantalones y reprimiendo el llanto y una arcada se la saqué, empecé primero a tocarle con mis manos ya que su pene estaba completamente flácido, eso iba a ser largo. Por mas que lo acariciase eso no hacía reacción y eso solo hacía que mi padre se cabreara.- ¡No lo estas haciendo bien, estúpida!

  • Yo no tengo la culpa de que a ti no se te levante.- le contesté con rabia y en el mismo momento en que se lo dije me arrepentí de haberlo hecho.

  • ¡Claro que es tu culpa maldita zorra! Es tu culpa por ser tan fea y sucia. Si fueras mas atractiva y la chuparas mejor no habría ningún problema.- me dijo mientras me golpeaba.


Me dio con el puño en la mejilla y sentí que mi cara iba a explotar, después de eso no me dio tregua y empezó a darme patadas en el estomago, con cada patada pensaba que me moría ya que me quedaba sin respiración. Después de unas quince patadas debió de cansarse por lo que paró de golpearme y volvió a sentarse en la misma silla que antes, yo me quedé en el suelo ya que era imposible que pudiera moverme después de todas esas patadas. Después de unos segundos le oí empezar a jadear, le miré de reojo des del suelo y pude apreciar que se estaba masturbando -hijo de puta- pensé -ahora si estás excitado- continuó machacansela y sus jadeos empezaron a ser mas sonoros, de repente vi como se levantaba solamente para arrodillarse al lado de mi cara, vi su raquítica polla a mi lado y después de unos segundos el muy cabrón se corrió en mi cara. Cuando lo hizo empezó a reírse y yo solamente empecé a llorar por mi humillación, se puso de pie, me pateó una vez mas y salió aun riendo de la habitación, yo no pude evitarlo, vomité ahí mismo.


Después de vomitar me levanté cogiéndome a la encimera de la cocina y abrí el agua para poner mi cabeza debajo, era tanto el asco que sentía que empecé a frotarme la cara con desesperación, me dolía el pómulo que había sido golpeado pero era mas importante eliminar todo su asqueroso semen de mi cara. Cuando termine de limpiar mi cara, limpie el suelo con lejía sin dejar de llorar y luego subí como pude las escaleras para meterme en la ducha, me lavé a consciencia y cuando salí me miré al espejo. Mi pómulo estaba fatal y dentro de unas horas aún iba a estar peor aunque me pusiera maquillaje, me dolían las costillas y el abdomen, ahí seguramente también tendría marcas aunque por suerte no había nada roto. Me vestí ya con la ropa que iba a llevar por la mañana y me fui al cuarto de Chloe, no quería estar sola.

Ella dormía tranquilamente, como un angelito, yo me tumbé detrás de ella y simplemente velé su sueño.

Un rato antes de que fuera hora de que se levantara bajé otra vez a la cocina para preparar el desayuno, aun quedaba pasta de crepes en la nevera de manera que prepare eso. Cuando estuvieron listos fui a despertar a Chloe a quien le hizo mucha ilusión desayunar crepes. No había preparado para mi ya que no tenía hambre, mientras ella desayunaba arreglé su habitación y llamé al bufete de mi padre. Estaba segura que no iba a ir a trabajar ya que estaría durmiendo la mona, llamé y dejé un mensaje de voz en el contestador de su secretaria diciendo que tenía migraña y que no iba a ir a trabajar. Luego fui a mi cuarto y en un post-tick anoté para mi padre que había llamado a su trabajo y que no iría por tener migraña. Se lo colgué en la puerta de su habitación y fui a ayudar a mi hermana a terminar de vestirse.


Llegamos antes a su colegio ya que quería apuntarla a las actividades extraescolares, hablé con la secretaria del centro y Chloe decidió que quería dar clases de cocina, de manera que la apunté a eso. Empezaría el lunes como yo en mi trabajo. Después de eso le di un beso a Chloe y me fui a mi instituto.


El tráfico estaba espantoso, faltaban cinco minutos para que empezaran mis clases y yo estaba atrapada en un atasco, grité con frustración y me resigné a que no iba a llegar a tiempo a clase. Cuando por fin llegué al instituto no encontraba aparcamiento y todo fue un cumulo de cosas que no salían bien. Aparqué en donde pude y me fui pitando a mi clase de física, llegaba tardísimo así que iba corriendo por el pasillo, llegué a la clase sin aliento y después de coger aire llamé a la puerta. El Sr. Parker abrió la puerta y me miró irritado:

  • ¡Llegas 20 minutos tarde!- me dijo.

  • Lo se, lo siento.

  • ¿Tienes alguna excusa?

  • El tráfico.

  • No me sirve, sal antes de casa.

  • Tengo que llevar a mi hermana pequeña a su escuela, no la puedo dejar media hora antes sola.- le dije frustrada.

  • Está bien, pasa, pero que no se vuelva a repetir.

  • Oh, que amable.- dije con sarcasmo mientras entraba y para mi desgracia me oyó.

  • ¡Alexandra!- me giré muy poco a poco.

  • Vuelve a salir de la clase y vete al despacho de la directora.

  • ¿Qué?- pregunté horrorizada, no me habían mandado en la vida al despacho del director.

  • Lo que has oído, andando.

  • ¡Ni siquiera se done está!- exclamé. Alguien dejó ir una enorme carcajada.

  • Puede que quieras ir con ella, Tyson.- dijo el señor Parker mirando a Tyson que era el que se había reído.

  • No, gracias. Otro día si acaso.- respondió Tyson. Yo lo fulminé con la mirada.

  • El despacho del director está al lado de secretaria, así que venga. No me hagas perder mas el tiempo.- me dijo.


Resignada salí de la clase y me encaminé al despacho de la directora. Una vez allí llamé a la puerta y des de adentro me dieron paso. La directora, la señora Evans era una mujer de unos cincuenta años, morena, de ojos verdes y figura pequeña:

  • ¿Tu eres?- me dijo mirándome por encima de sus gafas de media luna.

  • Alexandra Owen.- dijo con un hilo de voz.

  • ¿Y por qué estás aquí? Siéntate.

  • Me envía el señor Parker.- sentándome.

  • ¿Por qué motivo?

  • He llegado tarde y después de que me dejara entrar he hecho un comentario poco apropiado.

  • ¿Qué comentario has hecho, querida?- ¿Querida, acababa de llamarme querida?

  • Bueno, cuando me ha dejado entrar he dicho algo así como “oh, que amable”.

  • Tampoco hay para tanto.- dijo ella.

  • ¡Eso es lo que digo yo!- y enseguida me tapé la boca con mis manos.

  • No te preocupes, querida.- si el querida de nuevo.- el sarcasmo es algo bueno, pero debes aprender a controlar tu boca.

  • Lo siento.

  • Bueno, y ¿Por qué has llegado tarde?- le expliqué el motivo y ella asintió.- Veo que has tenido una mala mañana por lo que no vas a tener castigo, además no has hecho ninguna falta grabe. En esta situación te quedarías hoy por la tarde castigada pero como tienes que ocuparte de tu hermana te lo paso, pero no se lo digas a nadie.- dijo con una sonrisa.

  • Muchas gracias.

  • No hay de que. Por cierto ¿Qué te ha pasado en la cara?- dijo preocupada.

  • ¡Oh!- le dije tocándome el pómulo.- No estoy muy segura. Ayer choqué contra otro estudiante y esta noche me he caído de la cama, no tengo muy claro el momento en que me golpeé.- mentí.

  • Ya veo, ¿me puedes decir el nombre del estudiante con el que chocaste?

  • Tyson...lo siento no se su apellido.

  • Eso no me ayuda, querida.

  • Lo se, lo siento. Es muy, muy alto. Moreno con los ojos azules.

  • No me digas mas.

  • ¿Sabe quien es?

  • Sí, el y su amigo Dylan han pasado mas tiempo que yo en este despacho.

  • ¡Oh!- dije sin poder evitar reírme. Ella se rió conmigo.

  • No se lo cuentes a nadie, pero adoro a esos dos macarras.

  • Le guardaré el secreto.

  • Bueno ya puedes irte, Alex.

  • Ok, gracias.- le dije ya en la puerta.

  • Es Lodge.- dijo.

  • El apellido de Tyson, es Lodge.

  • Ah.

  • Adiós, Alex.

  • Adiós.


Y me fui a la siguiente clase. Des de luego, la directora era una mujer muy rara, aunque me resultó simpática. Llegué a la puerta de la clase y como aún era pronto esperé a que llegaran los demás.


El resto del día fue bastante tranquilo, al menos en el instituto, en casa,como siempre un infierno. El miércoles fue bien, rutinario, por la tarde fui con Chloe a hacer la compra (super emocionante) llegó el jueves y la verdad es que también empecé el día con mal pie. Bueno, la verdad es que estaba de mal humor porqué me vino el periodo y cuando venia siempre me ponía de mal humor (malditas hormonas). Las clases fueron normales, a excepción de mis encuentros con Tyson “Lodge” ¿Qué apellido era ese? Durante toda la semana me había estado mirando y yo intentando ignorarlo pero resulta bastante difícil ignorar a alguien que mide casi dos metros y anda dando gritos por doquier. A parte de ser ruidoso y alto era estrafalario, iba vestido con los pantalones mas estrechos de la historia y los tenia de todos los colores, y ademas de eso, siempre iba con algún instrumento colgado de su espalda ¿Era el puto hombre orquesta o qué?


Se terminaron por fin las clases del jueves y me despedí de Haley en el aparcamiento, dejé mi bolsa en el asiento trasero del coche y me subí yo también ¡Oh grandioso! El puto coche no arrancaba, el muy idiota hacia un sonido como de gato ahogado, lo intenté unas cinco veces pero no hubo manera, me bajé del coche y abrí el capó para ver el motor, no se para que, puesto que no tenía ni idea de coches. Se estaba haciendo tarde y tenia que recoger a Chloe, Haley ya se había ido y yo me había dejado el móvil en casa. Frustrada intenté arrancar una vez mas el coche, pero nada. Me bajé enfadada y empecé a darle patadas y a gritar:

  • ¡Arranca cacharro de mierda! - patada- ¡M-I-E-R-D-A D-E C-C-OC-H-E D-E N-O-V-E-N-A M-A-N-O!

  • ¿Problemas con el coche?- dijo una voz a mis espaldas.

  • ¿Tu que crees? Qué va le estoy remodelando el chasis.- dije volviéndome, ahí estaba Tyson con una sonrisa en la boca.

  • Ah, si es así te dejo tranquila.- y empezó a andar. Suspire resignada y lo llamé.

  • Tyson.- el se giró como buscando quien lo llamaba. “idiota” pensé.

  • ¿Me llamas a mi?

  • Oh, vamos. Deja de hacer el idiota.

  • ¿Perdona?- dijo como si estuviera ofendido.

  • ¿Puedes venir y echarme una mano?

  • Se te olvida una palabrita.- giré los ojos.

  • Por favor.- me dedicó una enorme sonrisa.

  • Claro que si, vamos a ver.- examinó el motor e intentó ponerlo en marcha.- Hmm, creo que es la batería. ¿Tienes pinzas?

  • ¿Pinzas? No, claro que no tengo.

  • Está bien, preguntaré si alguien tiene.

  • ¡Pero tengo que ir a buscar a Chloe!

  • Oh, vale. Yo te llevo, luego vamos a mi casa por unas pinzas y volvemos a arrancar tu coche ¿te parece?

  • Sí, gracias.


Fuimos hasta el coche de Tyson que era un enorme Jeep de color negro y nos subimos en él, le indiqué como llegar a la escuela de Chloe y el puso rumbo allí en silencio. El silencio era incómodo y yo me revolvía nerviosa en el asiento, al fin Tyson habló:

  • ¿Por qué te estás portando así conmigo?

  • ¿Así cómo?- pregunté haciéndome la tonta.

  • Oh vamos Alex. Se que no eres tonta así que no hagas como si lo fueras.

  • Lo siento.- le dije.

  • ¿El qué?

  • Haberte ignorado esta semana, pero es mejor así.

  • ¿Por qué es mejor así?

  • Mira no te lo puedo explicar, Tyson. Pero mi vida es bastante complicada y no estoy para perder el tiempo con nadie.

  • Pues si no me lo explicas no lo entiendo.

  • No pretendo que lo hagas.

  • No te entiendo, Alex. ¿Te he hecho algo malo?

  • No Tyson, tu no has hecho nada.

  • ¿Entonces? Mira Alex, yo solo quiero ser tu amigo, puede que te hayas pensado que tengo otras intenciones contigo pero no es así, creo que cuando estas de buen humor eres una chica muy divertida. En verdad quiero ser tu amigo.- yo suspiré.- si no me quieres contar lo que te ha pasado esta semana, vale. No me lo digas, yo me olvido, pero seamos amigos.

  • Está bien.- dije después de unos minutos.

  • ¡Fantástico!- dijo Tyson recuperando su buen humor.


Llegamos al colegio de Chloe un poco tarde pero ella se puso tan contenta de verlo que no le importó. Mientras íbamos a casa Tyson a buscar unas pinzas para la batería la conversación fluyó fácilmente gracias a él. La verdad es que me reí bastante, este chico tenía ocurrencias muy raras. Cuando llegamos al instituto mi pobre coche era el único que quedaba y se veía abandonado. Tyson conectó las pinzas y después de eso mi pobre cacharro arrancó:

  • ¡Bien!- exclamó Chloe bailando.

  • Te dije que era un genio.- le dijo Tyson a Chloe.

  • Muchas gracias.- le dije yo.

  • De nada. Así...-dijo Tyson.- ahora que somos amigos ¿Quieres salir con nosotros mañana por la noche?

  • La verdad es que no puedo. Tengo que quedarme con Chloe.- dije automáticamente.

  • No es verdad, Al.- dijo mi traidora hermana.- Mañana tengo la fiesta de pijamas en casa de Emma, no tienes que quedarte conmigo.

  • Es verdad, no me acordaba, cielo.

  • Fantástico. Mañana concretamos lo de la salida.


Nos dio un beso en la cabeza tanto a Chloe como a mi y nos dijo adiós arrancando su coche.

De verdad que mi vida era un asco, mi hermana sin darse cuenta me había metido en un lio muy gordo. No es que Tyson me caiera mal, pero solo hacía que meterme en lios. A ver ahora como arreglaba yo mi “salida” de mañana.