APRENDER A VIVIR...AN

>> miércoles, 16 de diciembre de 2009

CAPITULO 4.


Llego tarde, llego tarde- iba pensando mientras corría por el pasillo del instituto. Dios como odiaba el tráfico de Los Ángeles. Después de una impresionante carrera por el aparcamiento y medio instituto llegué a clase, cogí aire, abrí la puerta y cuando miré dentro me encontré con un zoológico. Todos mis compañeros estaban sentados encima de los pupitres hablando los unos con los otros, riendo y en el caso de Dylan metiéndose mano con una animadora:

  • Alex, ei. Buenos días.- me dijo Haley con una sonrisa.

  • Hola.- le dije dejándome caer a su lado.- ¿No hacemos clase?

  • Parece que no.- me contestó Tyson.- Estábamos hablando sobre esta noche. Dan un concierto en Santa Mónica, iremos todos ¿vienes, no?

  • Eh...pues yo, no se si puedo ir.- dije.

  • Vamos, si ayer tu hermana me dijo que tenia una fiesta de pijamas, que no tenías que cuidarla.

  • Lo se, es solo que...- maldita Chloe.

  • Es nada,te vienes.

  • Vamos, Alex. Te divertirás.- insistió ahora también Haley.

  • Bueno, intentaré venir, pero no os prometo nada.- les dije dándome por vencida.

  • ¡Genial!- dijo Haley.- puedes venir a cenar a mi casa y luego nos vamos en mi coche.

  • Vale.


Pasamos lo que quedaba de “clase” con Haley y Tyson hablando sobre la salida de la noche. La verdad es que no se si me apetecía ir o no, es decir, no quería ir pero tampoco quería quedarme en casa, en mi casa en un momento o en otro iba a llegar mi padre, pero en la playa seguramente habría mucha gente y a mi lo que me venia de gusto es poder estar tranquila por una vez, sola con la seguridad de que nadie me viniera a hacer nada.


Después de esa No clase, me fui a mi clase de alemán en donde Kevin, mi compañero de pupitre me saludó un poco demasiado eufórico:

  • ¡Hola Alex!

  • Hola.

  • Ya es viernes ¿no estas contenta?

  • La verdad es que me da un poco igual.

  • Vaya, yo estoy super contento. Estaba deseando que fuera fin de semana. Estoy harto del instituto.

  • Pues disfruta tus dos días de libertad.

  • Y medio.- corrigió él.- ¿Vas a hacer algo especial?

  • Nada...bueno, puede que esta noche vaya a un concierto.

  • ¿El que hacen en Sta. Mónica?

  • Supongo, no se, Haley y Tyson me invitaron a ir.

  • Así puede que nos veamos esta noche.


En ese momento empezó la clase y durante ese rato hablamos muy poco ya que lo que nos estaban explicando era bastante complejo y difícil de entender. Yo aun pillaba alguna cosa pero a mi lado, Kevin, se estrujaba el cerebro. Cuando esa odiosa clase llegó a su fin salí disparada hacia mi siguiente clase, física con Tyson. Él ya estaba allí, estaba sentado en su mesa hablando con el chico que se sentaba delante de él, caminé hasta mi mesa y me senté. Inmediatamente los ojos de Tyson se posaron en mi y me dedicó una sonrisa, yo le respondí con una mueca:

  • ¿Será posible que siempre estés enfadada, chiquitina?

  • No estoy enfadada. Estoy estresada. ¿Y se puede saber cómo lo haces tu para estar siempre de buen humor?

  • Es un talento natural. ¿A que se debe tu estrés?

  • A que no he pillado nada en mi clase de alemán.

  • Estás loca por hacer alemán. No me extraña que no entiendas nada.

  • Gracias por tus ánimos.

  • De nada.

  • ¿Has hecho los ejercicios?

  • Hmm...mas o menos.

  • ¿Qué significa mas o menos?

  • Que no.

  • ¿Es que tu nunca haces nada?

  • Bueno, la verdad es que me planteé hacerlos, de verdad que si, estaba apunto de ponerme con ellos pero entonces me llamó Dylan y nos fuimos a hacer surff. Tu sabes, había unas olas increíbles.

  • Eres todo un caso.


Llegó el profesor y después de corregir los ejercicios nos explicó la siguiente parte del temario y nos mandó mas ejercicios. Estuvimos la resta de la hora en silencio haciéndolos, bueno, en mi caso tratando de hacerlos con Tyson ayudándome. La verdad es que lo entendía mejor cuando me lo explicaba Tyson que el profesor. Cuando sonó la campana suspiré aliviada y empecé a recoger mis cosas y salí de la clase arrastrada por Tyson puesto que según él se estaba muriendo de hambre. El tipo, puso la mano sobre mi mochila y me empujo por todo el pasillo hasta llegar a velocidad sobrehumana a la cafetería. Una vez allí, nos pusimos en la cola de la comida y el loco de mi amigo llenó y cuando digo llenó es literalmente,su bandeja.

Fuimos a sentarnos en nuestra mesa y esperamos a que llegaran los demás. Haley llegó después de John y David (con los que apenas había cruzado un hola y un adiós, ellos simplemente estaban en su mundo) y llegó realmente enfadada, dejó su bolsa sobre una silla y se fue sin decir nada a buscarse un sándwich, cuando volvió fulminó a Dylan con la mirada y empezó a comer en silencio:

  • Haley de verdad que lo siento mucho.- empezó Dylan.

  • Vete a la mierda.- le respondió ella.

  • En serio, se me escapó, no fue intencionado.

  • ¡Me importa un comino que se te escapara, me han castigado por tu culpa!

  • Rubia, respira. Te a va a dar algo.- dijo Tyson.

  • ¡Tu callate también si no quieres que empiece contigo!- Haley debía estar realmente enfadada para hablarle así a Tyson ya que por un regular cuando él le decía algo ella babeaba como un perrito faldero.

  • ¿Pero que le has hecho?- le preguntó Tyson a Dylan.

  • Si querer le he dicho a mi madre que Haley tiene un piercing.- contestó Dylan.

  • ¿Y eso es tan grabe?- pregunté yo.

  • ¡Para mi madre si, ella quiere que vista de rosa!- dijo Haley.- lo siento Alex, no voy a poder ir esta noche.- se disculpó conmigo.

  • Oh, no importa. Tampoco me apetecía mucho ir, me quedaré en casa.- le dije yo.

  • Ah, no. ¡De eso nada!- dijo Tyson.- Tu vas a venir igual.

  • ¿Qué? No.¿Por qué? Apenas conozco a nadie, Tyson.- le dije.

  • Bueno, mas motivo. Así conoces gente.

  • No se como llegar.

  • No te preocupes. Te pasó a buscar por tu casa y vamos en mi coche.- iba a protestar pero Haley me tapó la boca.

  • Necesitas pasarlo bien, Alex.- me dijo Haley.- Ve y diviértete.

  • ¡Maldito chico torre!- entonces Tyson, Dylan y Haley empezaron a reír como locos.- espera ¿dije eso en voz alta?

  • Si, creo que si.- dijo Dylan limpiándose una lagrima.- ese es un gran apodo.

  • Lo se.


Terminamos nuestro almuerzo entre bromas y luego nos fuimos a clase. Durante la ultima hora se podía respirar el ambiente festivo. Cuando salí al aparcamiento me encontré a Tyson reclinado sobre el capó de mi coche fumándose un cigarrillo con aire vacilón, mientras me acercaba a él sentí a unas chicas suspirar mientras pasaban cerca de nosotros:

  • ¿Qué haces restregando tu culo por mi coche?- le dije.

  • Lo estaba marcando, pensé en mearme en la rueda pero creí que te enfadarías.- me contestó en mi mismo tono.

  • Menos mal que no lo has hecho.- y le sonreí.

  • ¡Vaya! Sonríes.

  • De vez en cuando lo hago. Ahora dime ¿me esperabas por algo?

  • Quería decirte que pasare a recogerte a las 9.

  • ¿Te importa si vengo yo a tu casa?- le dije para que mi padre no le viera.

  • Puedo pasar a por ti.

  • Lo se, pero no quiero que mi padre se piense que estoy saliendo contigo.- le dije mintiendo a medias. Realmente no quería que mi padre volviera a ver a Tyson.

  • ¡Oh! Eso me duele.- dijo fingiendo que se limpiaba una lagrima.

  • Te dolería mas que mi padre te pateara el trasero.- o que me lo pateara a mi que probablemente es lo que pasaría si volviera a verlo cerca de casa.

  • Cierto. Bueno, pues te espero en mi casa a las nueve.

  • Ahí estaré.- y se fue para su coche.

  • Oye.- me gritó. Me volteé a verlo.

  • ¿Y ahora qué?

  • Ponte guapa, eh.

  • Vete a la mierda.


Él se rió y se fue antes de que yo pudiera atacarlo. Tiré la mochila en el asiento trasero del coche y me subí para ir a buscar a Chloe a la escuela. Una vez allí arreglé las cosas con Allison para llevar a Chloe a su casa sobre las siete. Después mientras conducía para casa Chloe me dijo que necesitaba ir a comprar material escolar para su proyecto de ciencias. Le prometí que mañana iríamos a comprarlo y fuimos a casa ya que ella estaba emocionada y quería prepararse para la fiesta de pijamas.

Una vez en casa la ayude a prepararse, cogimos su pijama favorito y lo metimos en su mochila de Hello Kity, metimos también su cepillo de dientes y sus zapatillas en forma de conejito. Cuando ya creía que lo teníamos todos Chloe abrió su armario y sacó una de sus Barbies y también la metió en la mochila. Nos acordamos del regalo de Emma y lo pusimos junto a la mochila. Después pasamos el resto de la tarde viendo la Sirenita. Cuando se terminó la Sirenita y cuando Chloe ya no podía esperar mas tomé las llaves del coche y pusimos rumbo a casa Emma, nos costó como media hora llegar por lo que no llegamos demasiado pronto. Allison nos abrió la puerta con una sonrisa y Emma se asomó por detrás de ella:

  • ¡Hola Chloe! Eres la primera.- dijo Allison.

  • Lo siento Allison.- le dije.- se que llegamos algo pronto, pero alguien de por aquí estaba un poco ansiosa.

  • No importa. Emma también deseaba que llegaran pronto.

  • No me gustaría estar hoy en tu lugar. Con un montón de niñas locas por las Barbies a tu cuidado.

  • Lo se, pero ¿qué le voy a hacer? Supongo que después podré convencer a Nick que me pague una tarde en el Spa.

  • Eso sería bueno.

  • Pues si, pero creo que no va a poder ser. En fin Alex, ve y disfruta de tu viernes por la noche. Tu eres joven y la noche también, seguro que tienes algo que hacer.

  • ¡Si ir a lidiar con adolescentes hormonales!- dije irónicamente.

  • Oye ¿Por qué no te quedas tu aquí?- dijo riendo.

  • ¿Quieres cambiar?

  • No, creo que no.

  • Eso pensaba yo.- y también me reí.- si pasara algo, Chloe sabe mi numero, no dudes en llamarme.

  • Lo haré, no te preocupes.

  • Bueno Chloe, pásalo bien. Y como mañana Allison me diga que te has portado mal vas a estar castigada durante un año.- le dije muy seria a mi hermana.

  • Voy a portarme bien.- dijo ella muy seria también.- pásalo bien con Tyson.- dijo de repente.

  • Oh, claro.- dije sin saber muy bien que decir.


Mi hermana tiro de mi para poder darme un beso y luego entró en la casa para irse a jugar con Emma. Me despedí una ultima vez de Allison y me fui otra vez para casa. Con todo, cuando volví a subir al coche ya eran las siete, cuando llegué a casa eran las 7.45 puesto que me había pillado el tráfico. El coche de mi padre no estaba así que entré en casa tranquila. Me puse a preparar la cena y cuando estuvo lista fui a ducharme. Salí de la ducha y me miré al espejo, mi pómulo estaba ya un poco mejor pero aun seguía teniendo mal aspecto. Dejé caer la toalla y vi que mi torso no estaba mucho mejor, mi piel estaba entumecida a la altura de las costillas y la verdad es que si presionaba aun dolía. Entonces me vinieron en mente las palabras de Tyson “ponte guapa” había dicho. Si claro, como si eso fuera posible...me puse la ropa interior y como estaba segura que mi padre aun no había llegado caminé así hasta mi habitación y abrí el armario. La verdad es que si que tenía ganas de estar guapa, no para nadie, si no que quería sentirme como una chica normal, rebusqué por el armario y no encontré nada especialmente bonito de manera que terminé vistiéndome con unos vaqueros pitillo que hacía tiempo que no usaba ya que se habían encogido en la secadora, yo siempre me compraba la ropa holgada, por lo que estos vaqueros ahora encogidos hacían resaltar mis escasas curvas. Luego saqué una camiseta negra de licra que normalmente sólo usaba para poner bajo otras camisetas. Me Miré en el espejo y no me veía tan mal... volví al baño y me puse un poco de maquillaje, incluso me pinté los ojos. Intenté hacer algo con mi pelo y el resultado fue bastante positivo, cuando me miré completamente en el espejo no parecía yo, bueno si, pero estaba guapa para ser yo.


Comí algo de la cena que había preparado y cuando terminé de limpiar lo que había ensuciado vi que eran casi las nueve. Escribí una nota para mi padre y salí para casa Tyson. Sabía que mi padre no iba a estar en casa hasta muy tarde y bueno, puede que incluso no se enterara de que yo había salido. Si si enteraba...bueno, él iba a violarme de todas formas de manera que pensé que debía olvidarme de él por un rato e intentar pasarlo bien. Llegué a casa Tyson y no estaba muy segura si debía llamar o esperar a que él saliera, espere un par de minutos y me decidí a llamar a la puerta, después de unos segundos la hermana de Tyson abrió la puerta:

  • Eh, hola. ¿Está Tyson?- dije mientras la hermana de Tyson me examinaba de arriba a bajo.

  • Claro, pasa.- entré.- Tyyyyyyson.- gritó.

  • ¿Quééé?- oí la voz de Tyson de regreso.

  • Te buscan.- volvió a gritar.

  • Si es Dylan dile que suba.

  • No es Dylan, es una chica.- se gritaron mutuamente.

  • ¿Una chica?

  • Si, con tetas.- mire con cara de susto a su hermana.

  • Voy.- gritó por ultima vez Tyson.

  • No te asustes.- me dijo su hermana ya sin gritar.- es que a veces le cuesta un poco entender las cosas si no se las preciso.- me reí.

  • Intentaré no asustarme.

  • Adriana.- dijo una voz de mujer detrás de nosotras.- ¿se puede saber por qué estás gritando tanto?

  • Porqué si no tu hijo no me oye.- la mujer que habló era una mujer muy guapa, como Adriana pero en versión mayor.

  • Hola.- dijo la que supuso que era la madre de Tyson y Adriana.

  • Hola.- dije de vuelta.

  • ¿Eres amiga de Tyson?

  • Sí, vamos juntos a algunas clases. Soy Alex.

  • Te pido disculpas por el comportamiento de los chiflados de mis hijos.

  • Oh, no importa señora.- dije.

  • ¿Le acabas de llamar señora?- dijo Tyson detrás de mi.- va a odiarte.

  • No digas tonterías.- le dijo la madre de Tyson a Tyson.- simplemente no vuelvas a llamarme señora, me hace sentir vieja. Me llamo Sandra.

  • Está bien, prometo no volver a decirlo.

  • Bueno, vayámonos.- dijo Tyson.

  • ¿No esperabas a Dylan?- preguntó Adriana con brillo en los ojos.

  • Le he mandado un mensaje y le he dicho que pasaba a por él.

  • ¡Oh!

  • No pongas esa cara, te quiero lejos de él.- le dijo Tyson muy serio a su hermana.

  • ¿Qué?- dijo Adriana de repente roja.

  • No vas a acercarte a Dylan para enrollarte con él.

  • ¡Mamá! Dile que me deje en paz.

  • Tyson deja a tu hermana. Y tu no te acerques a Dylan.

  • Ah, estáis todos locos.- dijo Adriana antes de patear el suelo e irse enfadada.

  • Bueno mamá.- dijo Tyson.- nos vamos, ya vendré.

  • Muy bien, no vuelvas muy tarde y ten cuidado. Que no vuelvan a llamarme de comisaria.

  • Mamá, eso sólo fue una vez. No asustes a Alex.

  • Por eso te lo digo, para que no haya una segunda vez.

  • Vale, vale. Adiós.- Tyson abrió la puerta para que saliéramos.

  • Adiós.- dije yo. Pero Tyson ya había cerrado la puerta detrás de él.

  • Vaya Alex. Veo que después de mandarme a la mierda has seguido mi consejo.

  • No te emociones, no me he arreglado porque me lo hayas dicho tu.

  • Claro. Venga, aun tenemos que ir a recoger a Dylan.- y nos fuimos hasta su Jeep.

  • Oye Tyson.- dije ya una vez dentro.- ¿Qué ha sido eso de comisaria?

  • Nada, no te preocupes.

  • ¿Qué no me preocupe?- dije ya preocupada.- ¿Cómo no voy a preocuparme?

  • Tranquila. Es solo que una vez nos arrestaron a Dylan y a mi.

  • ¿Y eso por qué?

  • Por intentar colarnos en casa de Angelina Jolie.

  • ¿En serio hicisteis eso?

  • Sí.

  • Estáis sonados.

  • Un poco.-Tyson puso un CD en el coche y se puso a cantar a dúo con los Bee Gees.

  • ¿Los Bee Gees?- dije levantado una ceja.

  • ¿Qué pasa? Son divertidos.

  • Claro...- llegamos a lo que supuse que era la casa de Dylan y Haley. Tyson tocó la vocina del coche y después de un momento salió Dylan. Se subió al coche.

  • Hola pequeños.- dijo Dylan.- ¡Vaya Alex, estas genial!

  • Eh, gracias.

  • ¿Dónde hemos quedado con los otros?- preguntó Tyson.

  • Hemos quedado ya en Santa Mónica.- contestó Dylan.

  • Bueno, pues vamos para allá.


Tyson puso rumbo a Santa Mónica y durante el viaje fuimos hablando de trivialidades, bueno mas bien Dylan y Tyson hablaban mientras que yo escuchaba, esos dos estaban realmente locos. Antes pensaba que les faltaban un par de tornillos pero ahora estaba segura que no tenían ninguno. Dylan le explicó a Tyson y de pasada yo me entré también que estaba saliendo con tres chicas a la vez, y que tenía un problema porque esa noche iban a estar las tres en el concierto. Después de decir eso Dylan se puso a flirtear conmigo, no me podía creer el morro que tenía ese tipo:

  • Sabes Dylan.- le dije.- No eres tan guapo, así que no lo intentes.- le corté y Tyson empezó a reírse.

  • ¿Cómo que no soy tan guapo?

  • Se que te crees el mejor y que piensas que guiñándome un ojo voy a estar babeando detrás de ti, pero lo siento chico, no me gustas ni un poquito.

  • Eso te ha dolido, eh.- le dijo Tyson a Dylan aun riendo.

  • Eso no significa que le gustes tu.- le dijo de respuesta Dylan.

  • Touche amigo mio.


Llegamos por fin a la playa, después de dejar el coche caminamos para encontrarnos con el resto, esperándonos estaban ya John, David, Matt, Simon y dos chicas a las que no había visto nunca. Me las presentaron como Marisa y Samantha (Sam para los amigos), eran las novias de David y Matt respectivamente. Marisa me pareció un poco estirada pero Sam parecía simpática.

Caminamos hacia el escenario por la playa y la verdad es que había un montón de gente:

  • No te pierdas, eh pequeñaja.- me dijo Tyson.

  • Oh, como voy a perderme si tu eres como un faro.

  • ¿Qué pasa, estáis todos en contra de mi? ¿Qué día es hoy? El de vamos a dejar a Tyson sin nada que decir.- dijo exasperado.

  • Puede que lo sea.- y le sonreí.

  • Eres terrible.

Avanzamos un poco mas hasta que llegamos hasta las primeras filas del escenario. Y de repente, sin saber de dónde había salido vi que Tyson tenía una cerveza en su mano, me giré y vi a Dylan con una botella de ron y a los demás también con bebidas en sus manos.

  • ¿Qué te apetece?- me preguntó Matt.

  • Nada gracias, no bebo.- dije.

  • Oh vamos, Alex. No seas mojigata.- me dijo Dylan.- Toma al menos una cerveza.- iba a decirle que no, pero entonces pensé en eso de divertirme.

  • Está bien, tomare una cerveza.

  • Marchando una cerveza.- dijo Matt. Y la sacó de una bolsa que no me había fijado que llevaba.


Estuvimos un rato haciendo el idiota y cuando me di cuenta me había terminado mi cerveza, no estaba acostumbrada a beber, por dos motivos, el primero que no tenía la edad suficiente para beber, y el segundo es que ver a mi padre borracho tan seguidamente hacia que se me pasaran las ganas de beber. Pero estaba bebiendo y me sentía un poco achispada, por fin el concierto empezó y la verdad es que los chicos que tocaban lo hacían bastante bien.

  • ¿Puedo tomar otra cerveza?- le pregunté a Matt.

  • Claro, toma.- y me dio otra.

  • Gracias.- Tyson me miró y yo le guiñé un ojo.

  • Me parece que alguien de por aquí abajo empieza a ir algo pedo.- me dijo gritándome a la oreja.

  • ¡No grites! Y no voy pedo, solo he bebido una cerveza.

  • Lo se, pero con tu tamaño creo que es bastante como para que te emborraches.

  • Dios Tyson, estás obsesionándote con mi tamaño.- nos dimos cuenta lo mal que había sonado eso y nos pusimos a reír juntos.

  • Eso debería de ser al revés.- dijo después de recuperarse.

  • Lo siento, no me interesa para nada tu tamaño. Ni el tuyo ni el de ningún otro así que no te sientas herido.- puso unos ojos como a platos primero y luego se dio un golpe con su mano en la cabeza.

  • Entiendo, tranquila. No me molesta.

  • Bien.


Y seguí viendo el concierto. Después de terminarme la segunda cerveza me notaba un poco aturdida, luego empecé a sentirme asfixiada, tanta gente a mi alrededor y algunos rozándome sin querer, empecé a sentirme mareada y que me faltaba el aire, Tyson debió notarlo:

  • ¿Qué te pasa, Alex?

  • Me mareo.- le contesté.- no puedo respirar bien.

  • Mierda, salgamos de aquí.- Me cogió por el codo, iba a hacer que me soltara pero de repente sentí que mis piernas fallaban y que empezaba a caer. Tyson reaccionó rápido y me cogió en brazos antes de que cayera completamente. Se abrió paso rápidamente entre la gente y salimos de entre la multitud. Me dejo en el suelo sobre la arena.- Alex, dime ¿cómo te sientes?

  • Dame un minuto.- respiré varias veces profundamente y puse mi cabeza entre mis rodillas.

  • ¿Quieres que vaya a por agua?- preguntó Tyson preocupado.

  • No hace falta, ya me siento mejor.

  • ¿Segura?

  • Sí, la verdad es que no se que me ha pasado. No podía respirar allá dentro.

  • ¿Ves cómo tenía razones para preocuparme por tu altura?- dijo el dejando ir un suspiro.

  • Lo siento Tyson. Yo no quería molestarte.

  • No te preocupes, tonta. No pasa nada.- y se sentó a mi lado.

  • Puedes volver, yo estaré bien aquí.

  • No voy a dejarte aquí sola. Puede venir cualquier idiota a molestarte.

  • Si claro ¿Quién iba a venir a molestarme a mi con la de chicas guapas que hay por aquí?

  • Tu eres guapa.

  • Creo que necesitas que te revisen la vista.

  • Y yo creo que eres tu la que lo necesita.

  • Bueno vale, no vamos a discutir sobre eso.

  • ¿De que quieres hablar pues?

  • ¿Vas a invitar a Haley a salir?- le dije pensando en la manera en que Haley lo miraba.

  • ¿Qué? ¿A Haley? ¿Por qué tendría que hacer eso?

  • Por qué le gustas.

  • Eso no es cierto.

  • Oh, claro que lo es. Solo tienes que fijarte en como te mira. Se le cae la baba.- el se quedó un momento pensando.

  • ¿Lo dices en serio?

  • Totalmente.- hubo silencio- ¿Así la vas a invitar a salir?

  • Puede.

  • Bien. ¿Volvemos? Ya me siento mucho mejor.

  • Vamos pues.


Volvimos con los demás pero de camino me vi sorprendida por Kevin, si Kevin el de mi clase de alemán. Estuve unos minutos hablando con él y luego me volví con “mis amigos”. Hablé con Sam que me cayó realmente bien e incluso me animé a bailar un poco, Matt me pasó otra cerveza y me la bebí sin casi darme cuenta. Los chicos del grupo conocían a Tyson, o eso me supuse ya que le obligaron a subir a cantar una canción con ellos. Él subió mientras la gente gritaba cosas, le entregaron una guitarra y un micro y canto con los chicos del grupo, Tyson lo hacía realmente bien. Cuando terminaron la gente y nuestro sector en particular aplaudieron fuerte y Tyson se bajó del escenario tirando besos al aire. El grupo tocó un par de canciones mas y luego terminaron el concierto.

La gente empezó a retirarse y nosotros también nos fuimos. Tyson, Dylan y yo regresamos los tres juntos otra vez. Yo aun estaba algo borracha y en algún momento del camino me quedé dormida. Me desperté cuando Dylan cerró la puerta del coche, ya estábamos delante de su casa y de repente fui terriblemente consciente de que Tyson me iba a llevar a casa y que ahí seguramente yo iba a encontrarme a mi padre. No quería, no quería ir a casa, no quería que mi padre volviera a ponerme las manos encima. Empecé a llorar:

  • Ei, Alex. ¿Qué te pasa?

  • No quiero ir a casa, Tyson.