Tierra de Vampiros (Segundo Capitulo)

>> sábado, 5 de diciembre de 2009

Andrew condujo a Misha calle abajo, caminaron unas cuantas cuadras más antes de llegar a un casi abandonado edificio.
Subieron al tercer piso donde Andrew tenía su departamento.
Cuando entraron Misha observo todo. El departamento era pequeño pero parecía acogedor había una pequeña sala color azul marino, una mesita de centro que estaba llena de revistas.
En la pequeña chimenea ardía un vivaz fuego, las paredes era de color melón y no tenia ningún decorativo. En el fondo Misha pudo ver la cocina que era de lo mas común.

Una pequeña gata salio de alguna parte y comenzó a frotarse en las piernas de Andrew.
--Es Sheila--explico—iré a darle de comer, ponte cómoda.
Andrew tomo al pequeño animal de pelaje blanco y salio hacia la cocina.
Misha se quito la gabardina, la coloco en el respaldo del sillón y fue hacia la ventana para ver la esplendida noche.

Cuando Andrew salio de la cocina se quedo de piedra al ver a su invitada, había notado que era bella, pero ahora al verla sin esa gabardina era casi una diosa.
Era pequeña de unos 1.40 aproximadamente, iba vestida con un coqueto vestido negro que se le ceñía a cada una de sus exuberantes curvas, sus piernas eran largas para su altura y estaban bien torneadas.
Ella se medio giro para verlo y Andrew noto su firme y bien proporcionado trasero. El escote de su vestido dejaba entre ver los montículos de sus pechos.
Pechos que Andrew pensó tendrían el tamaño correcto para llenar sus enormes manos.
Su rostro era todo digno de admirar, sus labios era rosados y tenían una forma besable, su pequeña y chata nariz estaba cubierta de pecas marrones que se extendían por sus delicadas mejillas. Sus ojos eran de un verde tan claro que le recordaban a la hierba, su piel era tan pálida que le daba un toque de fragilidad, su cabello era de un rojo zanahoria y lo llevaba recogido en una cola.
Cosa que extrañamente molesto a Andrew ya que él quería verlo suelto, más que eso, El queria pasar sus dedos por él.
--¿quieres tomar algo?—pregunto el desechando esos extraños pensamientos
--No, gracias.
--¿Qué te parece un vaso de leche?, perdiste sangre así que necesitas recuperar algo de azúcar, te ofrecería algo mejor pera dado que yo no puedo comer solo tengo leche, es de Sheila pero a ella no le molestara compartir contigo.

Misha analizo sus palabras, no podía ser, ¿o sí?
--Eres un vampiro—dijo ella mientras que se alejaba de el.
--Claro que lo soy, ¿Qué pensabas que era?
--Yo….. Bueno no lo sé…. Ciertamente no pareces un vampiro.
--¿y qué significa eso exactamente?
--Pues tu… tienes una casa… luces bien… por Dios, ¡Tienes una gata!
Andrew se cruzo de brazos –Así que por ser un vampiro no puedo tener una casa, ni lucir bien y mucho menos tener una gata, ¿crees que todos los vampiros tenemos que ser desalineados y parecer vagabundos?, ¿crees que no tenemos derecho a tener una casa o querer la compañía de una mascota?
--Yo no quise decir eso—respondió ella apenada.
--Olvídalo—Andrew se encogió de hombros, pero estaba claro que se sentía ofendido --¿Puedo acercarme a ti?—pregunto él con la voz cargada de sarcasmo.
Misha sintiéndose una estúpida se acerco a él.
Aun tenía miedo pero algo en Andrew la tranquilizaba.
--Siéntate—ordeno el señalando el sillón
Ella se sentó tratando de no verlo.
Andrew se sentó a su lado. Sus dedos comenzaron a recorrer el cuello de ella donde Ron la había mordido.
Misha se puso tensa un poco por el miedo y un poco mas por su toque.
La piel de Andrew era fría a comparación con la de ella.
--Bien pequeña, tendré que chupar tu sangre.
Misha lo empujo inmediatamente lejos de ella y colocándose una mano protectoramente en el cuello dijo—No me morderás.
El suspiro como si estuviera perdiendo la paciencia—Es la única forma, primero chupare de tu cuello el veneno que Ron te inyecto, después tengo que morderte para dejar mi propia marca en ti.
--¿De qué sirve cambiar una marca por otra?
--Si llevas mi marca pequeña, nadie se atreverá a molestarte, los vampiros sabrán que estas bajo mi protección y créeme no querrán meterse con migo—se volvió a acercar a ella—ahora me dejaras ayudarte, ¿si o no?
Ella trato de encontrar un buen dialogo para negarse, pero por más que su mente trabajaba no encontraba nada, así que al final no tuvo opción más que aceptar.

Andrew la recostó un poco en el sillón para después colocar sus labios en su cuello. Su lengua acaricio su piel produciéndole escalofríos, pero no eran nauseabundos como los que había sentido con Ron, estos eran placenteros.
Cada toque que la lengua de Andrew daba, prendía una chispa en el cuerpo de Misha. Chispa que bajaba por su cuerpo hasta colocarse en su entrepierna.
Mientras más chupaba él, más necesitada se sentía ella.

Misha tuvo que apretar los muslos pues sentía como sus pliegues y clítoris se hinchaban pidiendo a gritos una atención inmediata.
Andrew coloco distraídamente una mano en su muslo haciendo que ella se mojara. Sin tan solo el movía un poquito más la mano la tocaría en el lugar donde ella estaba ardiendo.
Si esto seguía así, ella se correría.


Pasados unos minutos más Andrew paro y puso un poco de distancia entre ellos.
Ella no sabía si agradecer o lloriquear.
--Saque todo el veneno—informo él, lástima que Misha no le escuchaba ya que de pronto se encontraba fascinada con la forma de los labios de él.
Sus pezones ardieron cuando ella imagino que Andrew se amamantaba de ellos.
Dios cuanto deseaba eso.

Estaba tan ida en sus fantasías que tardo un poco en captar lo que él había dicho.
--¿hmm?
--Dije quítate el vestido.
--¿Para qué?—pregunto ella con la voz alarmada, pero no de miedo más bien de lo contrario.
¿El sentiría lo mismo que ella?
¿El quería follarla tanto como ella lo deseaba?
--tu arteria principal quedo algo maltratada por el veneno, así que en la única arteria en la que puedo morderte es en la que está en el interior de tu muslo.
Misha se sintió un poco decepcionada y a decir verdad no quería quitarse el vestido, no por pena ya que sabía que su cuerpo era atractivo y esta noche traía su lencería más sexy de victoria secret. Pero si se quedaba solo en ropa interior él se daría cuenta que estaba completamente mojada, solo por que él había chupado un poco de su sangre. ¿Cuan patética la hacía eso?
--¿Pequeña me oyes?
--¿Qué?
--Quítate el vestido.
--¿no podrías morderme en la muñeca?
--No—respondió severamente mientras levantaba una ceja— ¿aun no confías en mí?
--Si confió en ti.
En la que no confiaba era en ella misma, pues temía lanzarse sobre su cuerpo como una leona en celo.
--Entonces quítatelo.
Tragándose su vergüenza comenzó a quitarse el vestido, desabrocho el cierre del costado y dejo que la tela resbalara por sus piernas, quedando solamente con su sostén negro que apenas y cubría sus generosos pechos y sus braguitas del mismo color.
Volvió a sentarse en el sillón.

Andrew apenas y la miro cuando se arrodillo enfrente de ella, con sutileza separo sus piernas para colocarse entre ellas.
Misha tuvo que reprimir un gemido pues la visión de él entre sus piernas la ponía al cien.
Cerró los ojos para poder controlarse un poco.
De pronto sintió algo húmedo acariciar la parte donde su muslo y la cadera se unían.
--¿Qué haces?—pregunto con la voz ronca.
--Dilato tu vena—apenas esas palabras salieron de su boca Andrew la mordió provocando el más dulce placer.
Iba a correrse estaba segura. Sin poder detenerse ella misma se acuno y pellizco un poco sus pechos.
Su clítoris ardía y su cuerpo pedía a gritos la liberación, solo faltaba un poquito y lo lograría.
Se pellizco mas fuerte el pezón sobre la tela del sostén esperando que eso fuera lo que necesitaba para terminar… pero no, no era eso lo que necesita.
Comenzó a gemir de necesidad, necesitaba correrse. ¡Ahora!.

Cuando estaba pensando que se volvería loca Andrew deslizo un par de dedos por debajo de sus húmedas braguitas.
Misha grito cuando el deslizo uno de sus largos dedos dentro de ella.
Sin poder evitarlo ella se froto contra el dedo. Este era el alivio que estaba buscando.
Con su otra mano Andrew hizo a un lado las braguitas para poder follarla con el dedo mientras que su pulgar torturaba su clítoris.
Unos segundos después Misha se corrió lanzando un grito salvaje.
Andrew por fin dejo de morderla y levanto la vista para poder verla mientras que su cuerpo se sacudía por los espasmos del orgasmo.
--¿Estas bien?—le pregunto mientras se ponía de pie.
A ella se le atoro la respuesta en la garganta cuando vio que él se llevaba a la boca el dedo con el que la había follado.

Andrew saboreo los líquidos de ella de su dedo y dijo—Sabes a frambuesas.
La cara de Misha se puso de mil colores.
Ella jamás había dejado que ningun hombre la tocara y ahora había dejado a un vampiro hacerlo
¿En que se había metido?

1 susurros:

Flor. C. F 5 de diciembre de 2009, 20:17  

wuau! me encanta como escribis, es impresionante, le transmitis a los lectores exatamente lo que siente el personaje, me fascino, sos una excelente escritora

bess