Tierra de Vampiros (Sexto capitulo)

>> sábado, 30 de enero de 2010

Cuando el cuerpo de ella se relajo, el la levanto y la puso de cara al sillón donde la reclino dejando su torso recostado en el sillón mientras que su delicioso culito quedaba al aire.
Misha estaba tan ida en su placer que tardo en comprender lo que él hacía, pero al momento de hacerlo tuvo un poco de miedo.
--Relájate – murmuro el al ver que ella se tensaba.
El vampiro acerco la bolsa de papel de donde saco un pequeño tubo, lo abrió y comenzó a aplicar el contenido en el trasero de ella.
--Andrew…
--Shh, todo está bien.
Minutos después ella escucho el sonido de un vibrador.
¿No pensaba el meterle eso a ella? ¿Verdad?
Un minuto después comprendió que esa era su intención.

Misha grito al sentir el frio plástico entrar en ella. Había dolor. Mucho dolor.
Trato de alejarse pero Andrew la sujeto con fuerza de la cadera impidiéndole moverse.
Cuando el finalmente le introdujo todo el vibrador, la soltó y dejo que ella se acostumbrara a él.
--¿Estas bien? – pregunto varios segundos después.
Misha jadeo en respuesta pues el dolor ahora era placentero. Muy placentero.
El interpreto afirmativamente su jadeo y prendió el vibrador, provocando más gemidos y jadeos de parte de ella.

Ella se retorcía por el increíble placer que sentía mientras que Andrew se acerco a ella por la espalda, la abrazo un segundo antes de giralda hacia él y besarla.
Sus lenguas bailaban a un ritmo sensual mientras que el acunaba sus pechos, por su parte ella recorría con sus manos el increíble abdomen de él.
Misha rompió el beso para poder tomar aire, pero él no perdió el tiempo ya que inmediatamente tomo posesión de un pecho con su boca.
Ella iba a explotar pero aun no quería que acabara así que trato de pensar en cosas absurdas para distraerse y expandir mas su placer, se mordió el labio inferior para tratar de frenar los gemidos que salían de su boca.

La tortura duro solo un minuto más, antes de que Andrew masajeara su clítoris con el pulgar. El grito que salió de su garganta fue tal que Sheila salió disparada hacia la cocina.

--Andrew.
--Eso es pequeña, córrete.
El no dejo de masajearla, ni apago el vibrador, mientras ella seguía removiéndose inquieta en sus brazos.
Misha busco aire mientras sentía que otro orgasmo se aproximaba. Sus labios temblaban provocando un extraño chillido así que para frenarlo se mordió el labio inferior.
El introdujo su pulgar en ella, lo cual inflo más la bomba de su orgasmo.
--Eres hermosa – susurro mordisqueándole la oreja – Tan suave, tan cálida – su pulgar se hundió mas en ella – Tan húmeda.
Esta vez Misha se mordió el labio tan fuerte que el instante saboreo su sangre.

Andrew siguió torturándola hasta que un exquisito aroma lo abrumo, levanto el rostro de ella casi con violencia y entonces vio el hilito de sangre bajar por su barbilla.
Sin poder contenerse lamio la sangre. Gimió por el sabor y sin pensarlo atrapo un pecho en su boca. Lo lamio tiernamente antes de morderlo y sentido la sangre de su pequeña estudiante llenándolo.
Ella grito, pero no precisamente de dolor.
Este sin duda había sido el mejor orgasmo, grito tanto y tan fuerte que supuso que al día siguiente estaría ronca.
El placer se extendió por todo su cuerpo, consumiéndola a tal grado que la dejo inconsciente.

Andrew maldijo al sentir flojo el cuerpo de ella.
Rápidamente lamio el pecho para cerrar los pinchazos, saco y apago el vibrador antes de acostarla en el sillón.
Se maldijo a sí mismo en todos los idiomas que conocía.
¿Qué demonios había hecho?
Esto precisamente era lo que había querido evitar, ¿Por qué se había dejado llevar?
Miro de reojo el cuerpo lleno de sudor de ella y obtuvo su respuesta.

Su pequeña era hermosa y los sonidos que hacía era melodía para él. La forma en la que decía su nombre entre jadeos al correrse ere el mejor deleite que había encontrado en su larga vida.
--No es tu pequeña – se recordó furioso con la mujer que lo había tentado como las sirenas hacían con los marineros.

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APRENDER A VIViR...AN

CAPITULO 8.



Cuando finalmente terminamos el trabajo, bueno cuando finalmente Tyson terminó el trabajo se dejó caer encima de la cama:

  • Mi cabeza está a punto de explotar.

  • Siento no haber podido ayudarte.

  • No te preocupes. ¿Qué quieres hacer?

  • No se.

  • Anda, vamos a dar una vuelta.


Tyson se levantó de la cama, buscó sus zapatos y tomó las llaves de su coche. Le seguí hasta la calle y subimos a su coche, Tyson me pasó su móvil y me mandó que llamara a Haley, llamé a Haley y contestó muy animada:

  • ¡Tysooon!

  • Ei Haley, soy Alex.

  • Oh, hola Alex.

  • ¿Dónde queda tu entusiasmo?- ella se rió.

  • Lo siento. ¿Estás con Ty? ¿Qué hacéis?

  • Hemos terminado el trabajo hace un rato.

  • Pregunta-le dónde está.- dijo Tyson.

  • Tyson pregunta ¿Qué dónde estás?

  • Estoy en casa de Jade.- se lo dije a Tyson.

  • Dile que vamos para allá.- me dijo Tyson para que se lo dijera a Haley.

  • Dice Tyson que vamos para aquí.

  • Está bien.


Tyson en cuanto pudo dio media vuelta y me explicó quien era Jade, resultó ser su prima que era bailarina y Tyson no sabía que estaba de vuelta en la ciudad. Jade era dos años mayor que nosotros pero siempre había sido la mejor amiga de Haley.

Tardamos una media hora en llegar al bloque de apartamentos en que vivía la tal Jade, cuando llegamos nos bajamos del coche y Tyson me llevo hasta la puerta del apartamiento 26, llamamos a la puerta y después de unos segundos nos abrió la puerta una chica muy guapa, con el pelo rubio y un mechón azul, tenía los mismos ojos azules que Tyson y una figura envidiable, el típico cuerpo de bailarina:

  • Que sea la ultima vez que te autoinvitas a mi casa, Tyson.

  • Yo también me alegro de verte, prima

  • Que te den.

  • Alex no te asustes, ella solo es así conmigo. No puede olvidar-se de que su primer beso fuera conmigo.

  • Así supongo que es normal que sea así contigo.- Tyson puso mala cara y Jade me dedicó una enorme sonrisa.

  • Alex ¿verdad? Tu y yo vamos a llevarnos bien.- entonces nos dejó entrar.


El apartamento era pequeño pero estaba limpio y decorado con gusto, aunque con un estilo muy juvenil. Haley estaba sentada en el sofá con los pies desnudos también arriba en el sofá. Tyson se quitó su chaqueta quedándose con una camiseta de manga corta y se sentó al lado de Haley, le dio un beso en la frente y Haley le dedicó una enorme sonrisa:

  • Siéntate, Alex.- me dijo Jade señalando un enorme puf de color rojo. Yo le hice caso.- ¿Queréis tomar algo?

  • ¿Una cerveza?- preguntó Tyson.

  • Luego tu madre dice que soy una mala influencia.

  • Lo eres.

  • ¿Tu quieres algo, Alex?

  • No gracias.- Jade desapareció por una puerta y volvió enseguida con dos botellines cerveza. Uno se lo tendió a Tyson y el otro a Haley. Luego se sentó en el suelo.

  • ¿Así dónde está Dylan?

  • No lo se.- Tyson.

  • Vaya y yo pensé que eráis siameses.

  • Y yo pensé que lo odiabas.

  • Lo odio, pero me ha sorprendido que no esté pegado a ti. Ahora me alegro que hayas cambiado a ese zoquete por Alex.

  • Qué raro ¿no?- dijo Tyson con sarcasmo.

  • Bueno, ya basta. Dylan está en la playa.- dijo Haley.- Ahora resuelta esta gran duda existencial ¿Qué vamos a hacer esta noche?

  • Yo trabajo.- dijo Jade.

  • ¿Cómo que trabajas?- dijo Haley.

  • Si, me han contratado en el club Akbar.

  • ¿Ese no es un club gay?- preguntó Tyson.

  • De gays, lesbianas y bisexuales. Vamos que puede ir todo el mundo.- dijo Jade.

  • ¿Podríamos ir esta noche, no?- dijo Haley.- tu puedes colarnos.

  • Claro venid.

  • Yo no voy.- dijo Tyson.

  • ¿Por qué no?

  • ¿Dónde va a quedar mi reputación si me ven entrar ahí?- dijo Tyson sacando al macho que llevaba dentro. Todas pusimos los ojos en blanco.

  • Pues no vengas. Haley y Alex si van a venir ¿verdad?- Jade.

  • Yo no puedo ir.- dije yo.

  • ¿Tienes que quedarte otra vez con Chloe?- preguntó Haley.

  • Exacto.

  • ¿Quién es Chloe?- preguntó Jade.

  • Es mi hermana pequeña.- y sonó mi móvil, miré la pantalla y vi que era Allison.- ¿Allison pasa algo?- pregunté preocupada.

  • Hola Alex, no, no pasa nada tranquila.

  • Oh, vale. ¿Entonces quieres que vaya a recoger ya a Chloe?

  • Alex, tranquilizate y respira, no estés tan preocupada por todo.- me reí.- bueno pues entonces ¿para qué me llamas?

  • Pues bueno, me temo que mi hija y tu hermana llevan todo el día haciendo planes maléficos para convencerte a ti de que dejes quedar a Chloe a dormir a nuestra casa. Por mi no hay ningún problema, Chloe es un encanto y la adoramos. Así que antes de que te hicieran un drama cuando vinieras buscarla he decidido llamarte por si la dejas puedas hacer tus planes.

  • No se, Allison, no quiero que Chloe os molesté.

  • ¿Has escuchado algo de lo que te he dicho? Chloe no nos molesta, la adoramos y si no dejes que se quede a dormir mi hija se va a poner muy difícil conmigo.

  • Bueno, en este caso supongo que puede quedarse, pero no tiene ropa de recambio.

  • No te preocupes ya le encontraré algo de Emma.

  • ¿Seguro?

  • Sí.

  • ¿Te importa pasarme con Chloe un momento?

  • Claro, ahora te la paso.- mi hermana se puso al teléfono.

  • Hola, Alex.- me dijo con voz inocente.

  • No te hagas la tonta conmigo, Chloe. ¿Qué es esto de hacer planes para quedarte a dormir en casa Emma sin mi permiso?

  • Bueno...yo...es que lo estoy pasando muy bien.

  • Cariño ya se que lo estás pasando muy bien pero estas cosas no se deben de hacer. Está vez te dejo quedarte, pero si vuelves a hacer algo así ten por seguro que no te voy a dejar quedarte a dormir y que luego vas a estar castigada.

  • Está bien.

  • Vuelve a pasarme con Allison.- me la pasó.

  • Bueno, como ya he amenazado a mi hermana solo me queda decirte que si pasa algo me llames a la hora que sea.

  • No te preocupes, lo haré. Pásalo bien en tu noche libre.

  • Ok, tu también. Bueno...tu ya me entiendes.- nos reímos.- mañana antes de venir a recoger a Chloe te llamo.

  • Muy bien. Adiós.

  • Adiós.- colgamos.

  • ¿Así que ya no tienes que cuidar de tu hermana esta noche?- preguntó Haley emocionada.

  • Supongo que no.

  • ¡Oh, pues así vamos a salir y arrasaremos!

  • Está es la actitud, Haley. ¡Esta noche, noche loca!- dijo Jade haciendo una celebración con sus brazos.

  • ¿Sabéis que dais mucho miedo?- preguntó Tyson.

  • No se lo digas, pero a mi también me dan miedo.- le dije yo.


Pasamos el resto de la tarde en casa de Jade con Jade y Haley muy emocionadas por la salida de esa noche, la verdad es que terminaron contagiándome su entusiasmo. Tyson dijo que él también nos acompañaría y llamó a Dylan que aceptó también, quedamos a ir a cenar todos juntos, menos Jade que tenía que estar mas pronto en el club así que nos despedimos de ella unas dos horas antes de la cena y quedamos que a las once estaríamos en la puerta trasera del club. Una vez salimos del apartamento de Jade, Haley me obligó a ir con ella a su casa para ponernos “decentes” para ir al club, en ese momento Haley me dio un poco de miedo. Tyson después de compadecerse de mi nos dijo que nos recogería en hora y media, nos despedimos hasta entonces.


Llegamos a casa Haley después de unos veinticinco minutos y ella me condujo directamente hasta su habitación, dijo que no podía ir al club con mis viejos vaqueros y con mi camiseta de Mr Proper, pero oye, mi camiseta era un clásico ¿qué tenía en contra de ella? Luego mientras buscaba algo de ropa para mi empezó a decirme que le había caído muy bien a Jade y no se que mas, sacó de su armario unos shorts vaqueros desgastados y me hizo probármelos, estaba segura de que mis piernas estaban bien, es decir sanas, sin moretones de manera que le hice caso, me quedaban bien, algo grandes pero Haley me dio un cinturón. Y después terminé poniéndome una camiseta negra de manga tres cuartos con tachuelas, Haley quería prestarme unos zapatos de tacón pero por surte yo tenía los pies mucho mas pequeños que ella por lo que me quedé con mis converse, bueno no eran converse, eran imitación. Esperé a que Haley se cambiara, ella se puso una minifalda negra con una camiseta de color rosa con un lazo negro debajo del pecho, después de eso insistió en maquillarme un poco y cuando Tyson vino a por nosotras Haley terminaba de ponerse la mascara de pestañas. Salimos a la calle y enseguida noté que refrescaba un poco de manera que me puse mi cazadora de cuero:

  • ¡Vaya Alex, tienes piernas!- dijo Dylan que estaba esperando con Tyson.

  • Si, y con ellas te puedo dar una patada en el culo.- le dije indignada.

  • Haya paz.- dijo Tyson.


Subimos los cuatro al Jeep de Tyson y el arrancó, puso música, Nirvana, no era uno de mis grupos favoritos pero me gustaba. Fuimos a cenar a una pizzeria y cuando decidí ignorar a Dylan empecé a disfrutar de la noche, me pedí una pizza 4 estaciones y Haley pidió una 4 quesos por lo que decidimos intercambiarnos la mitad, a la hora de pagar me enfadé con Tyson porqué nos pagó la cena a Haley y a mi, si quería pagársela a Haley estupendo, pues ellos estaban medio saliendo pero a mi no tenía porqué, estuve diciéndole esto todo el rato mientras pagaba pero simplemente me ignoró.

Cuando salimos de la pizzeria aun era pronto para ir al club por lo que Tyson dijo de ir a hacer nos billares a un bar que había cerca de donde estábamos, a todos nos pareció una buena idea. Entramos y enseguida Dylan y Tyson se fueron hasta una de las mesas de billar, yo no sabía jugar por lo que me quedé mirándoles, bueno en verdad animaba a Haley, le decía que era la representación femenina en la mesa y que debía de ganar a Tyson y Dylan, estaba celebrando con Haley que había metido una bola cuando me agarraron fuerte del brazo e hicieron que me diera la vuelta, cuando vi quien me había volteado se me congeló la sangre, se me cayó el ánima a los pies y me estremecí de miedo:

  • ¿Se puede saber qué estas haciendo aquí?- dijo mi padre apretando el agarre en mi brazo, me hizo daño y jadeé.

  • Eh, suéltala.- dijo Tyson viendo que me estaba haciendo daño.

  • ¿Y tu quién coño eres?- le preguntó mi padre a Tyson.

  • El que te va a partir la cara si no dejas de hacerle daño.

  • Tyson, no. Dejalo.- dije.

  • ¿Qué?- preguntó Tyson incrédulo.

  • Papá por favor, me estás haciendo daño.- mi padre no iba a hacerme nada con gente delante.

  • ¿Cómo qué papá?- preguntó Tyson.

  • Es mi padre, Carter. Papá estos son mis amigos del instituto.

  • No te he preguntado quienes son, te he preguntado qué haces aquí y vistiendo como una puta.- Todos se quedaron de piedra al escuchar sus palabras.- ¿Se puede saber dónde está tu hermana?

  • Mi hermana se ha quedado a dormir a casa de su amiga Emma por lo que yo he decidido salir un rato con mis amigos, así que si no te importa voy a ir a disfrutar de mi noche libre.

  • Tu no irás a ningún sitio.

  • ¿Podemos irnos?- les pregunté a los chicos. Ellos solamente asintieron y empezamos a irnos.

  • Alex, vuelve aquí.

  • Adiós papá, no volveré tarde.- sabia que cuando llegara a casa lo iba a pasar realmente mal pero al menos, ahora me sentía bien por haber mandado a mi padre a la mierda.

  • ¿Ese era tu padre?- preguntó Haley preocupada.

  • Sí, es un imbécil pero no te preocupes, es inofensivo.- mentí.

  • Pero lo que te dijo...

  • Oh bueno, tiende a hablar siempre un poco mal y siempre saca las cosas de contexto pero a parte de eso nada mas.

  • Alex...

  • Ya dejalo Haley por favor, suficiente vergüenza he pasado ya.


Nadie volvió a decir nada mas hasta que subimos de nuevo al coche, cuando subimos Dylan preguntó a que club íbamos y cuando Haley le dijo el nombre el empezó a gritar que le habíamos estafado y que el no podía ir a un club gay y no se cuantas sandeces mas. En ese momento agradecí que Dylan fuese un cabeza hueca ya que disolvió la tensión del momento. Llegamos al club y tuvimos problemas de aparcamiento por lo que aparcamos lejos y tuvimos que caminar un poco hasta la puerta trasera del club, como había dicho, Jade a las once en punto nos abrió la puerta, iba vestida con unos leggins de “cuero” y con un top también de cuero que dejaba muy poco a la imaginación, aun así no se veía vulgar y estaba muy guapa, puede ver que llevaba varios tatuajes, cuando pasamos por la puerta le dio una mala mirada a Dylan y a mi después de mirarme de arriba a bajo me guiñó un ojo.

Entramos en el club y la música empezó a inundar los oídos, creo que era Lady Gaga, Jade nos gritó alguna cosa por encima de la música y luego se fue, vi que se dirigía a una especie de jaula y se subía a ella, se metió dentro y empezó a bailar de una manera bastante sexy, pude ver que había mas jaulas con chicas y chicos vestidos mas o menos como ella y todos bailando.

Haley se animó inmediatamente, no se si fue por la música o por ver a hombres cachas semidesnudos, el caso es que agarró mi mano y me arrastró al medio de la pista, ella empezó a bailar y yo me la quedé mirando como si se hubiera vuelto loca, cuando vio que me quedaba quieta como una estatua me ignoró y se puso a bailar con un grupo de chicas y yo me fui otra vez en busca de Tyson y Dylan, no me resultó muy difícil encontrarlos ya que la cabeza de Tyson sobresalía por encima de todas las otras. Estaban en una de las barras:

  • Haley está completamente loca.

  • ¿Y te das cuenta ahora?- preguntó Dylan.

  • No realmente, pero en momentos como este es cuando me importa que esté loca.- contesté.

  • ¿Qué quieres tomar, guapetón?- le dijo el barman a Dylan, a él se le quitó la sonrisa y su expresión se transformó en miedo. Tyson y yo empezamos a reír como locos.

  • Voy...al baño.- dijo Dylan.

  • ¿Estás seguro de que quieres ir al baño?- le preguntó Tyson aun riendo. Dylan puso mala cara pero igualmente se fue.

  • Creo que a Dylan le hacía falta algo así.

  • Sí, yo también lo creo.- me senté en el taburete que Dylan había dejado libre.- ¿Quieres una cerveza?

  • Vale.- acepté.

  • Oye jefe.-le dijo Tyson al barman.- ¿Nos pones dos Heinekens?

  • Claro.- me sorprendió que no le pidiera el permiso a Tyson, pero en verdad él no se veía como de diecisiete. El camarero puso las cervezas encima del tablero, saqué mi monedero pero Tyson ya estaba pagando.- El chico que se acaba de ir ¿es tu novio?

  • No, es solamente mi amigo.

  • Bien.- dijo. Y se fue a atender a los otros clientes muy contento.

  • ¿Estás bien?- me preguntó Tyson.

  • ¿Por qué no iba a estarlo?

  • No se ¿puede que por lo que ha pasado con tu padre?

  • Ah, eso...- sabia que Tyson no iba a dejar el tema.

  • Sí, eso.

  • No es nada.

  • Alex tu padre te estaba haciendo daño, y lo que te dijo...

  • Ai Tyson dejalo, no ha sido nada. Qué quieres que te diga ¿qué no me llevo bien con mi padre? Pues sí, me llevo fatal con él, siempre discutimos. A parte de eso no hay nada mas.

  • Sabes Alex, no te creo.

  • Pues ¿sabes qué Tyson? Me da exactamente igual.


Me levanté y me fui otra vez a buscar a Haley pero por el camino me encontré a Jade que estaba en su descanso:

  • Alex, ei ¿dónde vas?

  • Buscaba a Haley.

  • No la he visto, pero ven. Tomemos unos chupitos.

  • Eh, vale.- Jade me arrastró hasta otra de las barras.

  • Ashley cielo, ponme unos chupitos de tequila.


La tal Ashley puso dos vasos de chupito, sacó la sal y el limón y dejo la botella. Jade llenó los vasos y bebimos, me quemé la garganta pero luego con el limón la cosa mejoró. Jade volvió a llenar los vasos y volvimos a beber, después de cinco chupitos a mi ya me habían subido y Jade seguí fresca como una rosa, aparecieron Haley, Tyson y Dylan:

  • Dime que no la has emborrachado.- dijo Tyson.

  • No lo he hecho ¿Cómo iba a saber que no aguantaba cinco tequilas?- dijo Jade.

  • ¡Por Dios, Jade! Es que no la ves ¿cómo va a beberse cinco tequilas si no puede ni con un cerveza?- Tyson.

  • Bueno, tampoco hay para tanto.- dijo Haley.

  • Supongo que no.

  • Vamos.- dijo Haley llevándose a Tyson a la pista.


Tyson y Haley estaban bailando en el centro de la pista y Jade tuvo que volver a su “jaula” de manera que me quedé con Dylan. Realmente no tenía nada que decirle a Dylan por lo que nos quedamos en silencio mirando a Haley y Tyson. No se cuanto rato pasó porqué de verdad que el alcohol se me había subido a la cabeza, solo se que Dylan ya no estaba a mi lado, que Haley y Tyson se estaban besando en la pista y que yo no quería ver eso, empecé a andar hasta encontrar a Jade:

  • Ei ¿Estás mejor?- me preguntó.

  • Hmm, supongo que sí.

  • Siento haberte emborrachado.

  • No te preocupes y no le hagas caso a Tyson, a veces se cree que es mi padre.

  • Por cierto ¿dónde está?

  • Pues...estaba poniéndose romántico con Haley y si te digo la verdad no tenía muchas ganas de contemplarlo y Dylan ha desaparecido por lo que te estaba buscando.

  • Oh, genial. Yo ya he terminado por hoy ¿qué quieres hacer?

  • ¿Podemos simplemente irnos de aquí?

  • Claro, voy a decirle a Tyson que te vas conmigo ¿me esperas aquí?

  • sí.


Jade se fue y volvió después de unos minutos, me cogió de la mano y me sacó del club, fuimos su coche que era un Fiat 500 nuevo, nos subimos y Jade arrancó, me dijo que tenía hambre de manera que pasamos por un McDonald's y nos pedimos unos nuggets, en el Mcauto, luego de eso comimos en el coche y hablamos durante un rato, intercambiamos nuestros números de teléfono y después, sin saber como los labios de Jade estaban encima de los míos, me costó unos segundos reaccionar pero después me aparté poniendo mis manos en los hombros de Jade:

  • Jade, no te ofendas pero ¿qué haces?

  • Besarte. Me gustas Alex.

  • Jade me caes muy bien, pero no me gustan las mujeres.

  • ¿Qué? Si Tyson me ha dicho que eres lesbiana.

  • ¿Qué? ¿Por qué te ha dicho eso?

  • No se, será que él cree que lo eres. Oh, Alex, cuanto lo siento. Que vergüenza.

  • No te preocupes, Jade. No pasa nada.

  • ¿Segura?

  • Claro.

  • Será mejor que te lleve a casa.


Asentí y Jade volvió a arrancar el coche, le dije mi dirección y después de una media hora de silencio incomodo paró enfrente de mi casa. Le di las gracias por haberme traído y me bajé del coche, en cuanto pisé el asfalto el miedo volvió a invadirme, pero no podía quedarme en la calle de manera que le puse coraje y entré en casa.

La casa estaba a oscuras y en silencio, todo estaba tal hi como lo había dejado esa mañana, subí las escaleras con recelo y cuando pensé que mi padre no estaba en casa, su puño impacto en mi cara provocando que me cayera por las escaleras, rodé hasta llegar abajo y ¡Dios! Mis costillas, estaba segura que me había roto alguna y si no estaba rota cuando mi padre me dio una patada en ellas se rompió del todo, no tenía ni fuerza, ni ganas de defenderme de manera que me quedé quieta. Mi padre se puso encima de mi y me sobó de arriba a bajo, me apretó los pechos y luego me quitó los pantalones y ropa interior, me separó las piernas y empezó a violarme sin piedad.

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Tierra de Vampiros (Quinto capitulo)

>> jueves, 21 de enero de 2010

Andrew olio el dulce aroma de la humedad de ella antes de tomarla con la boca.
Ella grito salvajemente mientras él hacia maravillas con su lengua. Era la más exquisita de las torturas y no quería que llegara a su fin.
Enterró sus manos en los risos de él y se mordió el labio para tratar de controlar su cuerpo.
Las lengüetadas de Andrew variaban de velocidad, empezaban siendo lentas y recorriendo todo su sexo para después hacerse rapidas como si estuviera disfrutando de un helado.

Ella se retorcía mientras pequeños jadeos salían de su garganta, el hizo sus caricias mas lentas para después succionar su clítoris.
Misha mordió mas fuerte su labio inferior cuando el dio un suave mordisco a su clítoris mandándola a una explosiva liberación.

Andrew el sujeto mientras que su cuerpo se convulsionaba – cuatro – gruño él.
El vampiro se puso de pie y fue hacia la cocina y ella no pudo reprimir un lloriqueo al ya no sentirlo. Su cuerpo ardía y estaba segura que el único que podía bajar su calentura era Andrew.
Todo su cuerpo temblaba por el deleite de sus orgasmos, así que sujetándose del sillón se puso de pie.
--¿Adonde vas?
Se sobresalto al oírla. – Estoy llena de sudor, me gustaría limpiarme.
--¿para qué? – Andrew comenzó a caminar hacia ella llevando consigo una bolsa de papel en los brazos.
A él también lo cubría una capa de sudor.
Normalmente Misha odiaba a los hombres sudados pero con Andrew era diferente. El no lucia sucio si no al contrario. Verlo sudado era la cosa más erótica que Misha había visto en su vida, era como si las pequeñas gotas que recorrían ese perfecto cuerpo la estuvieran invitando a probarlo.
--¿Pequeña?
--Bueno… ¿te molestaría si uso tu baño?
Andrew arqueo una ceja al oírla – ¿para…? O ya entiendo quieres que acabemos en la ducha – dejo la bolsita en la mesa de centro – Buena idea, no sé por qué no se me ocurrió.
--¿Acabemos? – Pregunto ella con excitación – ¿No habías acabado ya?
Andrew rio – te dije que serian seis y apenas llevamos cuatro, así que no. Aun no acabamos.
Con solo oírlo Misha volvió a mojarse. ¿Cómo era posible que lograra ponerla así con solo palabras?

Andrew fue por ella y enterró la cara en su cuello. – Mmm… hueles delicioso – comento antes de enterrar uno de sus largos dedos en ella – No muerdas tu labio – volvió a advertir mientras la volvía a recostar en el suelo.
Misha enterró sus manos en los perfectos rizos de él, mientras tanto Andrew se amamantaba de ella.
Pasados varios minutos, el se estiro para tomar la bolsa de donde saco una lata de crema batida. Misha no sabía cuál era su intención pero cuando lo descubrió lo disfruto en grande.

Andrew expandió toda la crema por el pequeño cuerpo de Misha.
Cuando termino se levanto sobre sus codos observarla. Ella permanecía acostada, con sus brazos al costado dejando que el manipulara su cuerpo a su placer. Su piel – bajo la crema batida – estaba sonrojada, sus labios estaban húmedos e anchados por sus besos y sus ojos estaban oscuros por la lujuria.
El bajo lentamente hasta los pies de ella y encontrando su mirada comenzó a lamer sensualmente sus pies para quitar la crema.

Pasaron veinte minutos antes de que Andrew terminara de saborear a Misha. Ambos estaban jadeando y cubiertos de sudor.
Andrew lamio lo último de la crema de los labios de ella antes de fundirse en un devastador beso.
Un beso que mando a ambos a un mundo donde solo existían ellos dos.
Un mundo donde solo eran un hombre y una mujer, no un vampiro y una humana.

Misha abrazo a Andrew mientras su beso hacia un caos en ella.
Andrew mordisqueo suavemente su labio mientras ella recorría su cuerpo con las manos.
La pequeña pelirroja acuno su firme y suave trasero en sus pequeñas manos, se moría por darle un mordisquito ahí. Su pensamiento se desquebrajo cuando sintió su erección golpeándola en el interior de su muslo. Jamás en toda su vida había deseado sentir a un hombre en su interior, pero ahora mismo se moría por tener a Andrew profundamente enterrado en ella.
Sin siquiera pensarlo, expandió sus dedos en su trasero y lo atrajo hacia ella mientras movía las caderas para darle la bienvenida pero el al ver su intención rompió el beso y se alejo un poco de ella.
--Pórtate bien pequeña – la reprendió con voz ronca.
--Por favor – jadeo ella – por favor Andrew… te necesito.
Andrew comprendió que ya había jugado lo suficiente con ella y era tiempo de acabar antes de que cediera a su deseo y terminara dentro de ella.

--Te voy a dar lo que necesitas – le murmuro al oído antes de enterrar un dedo mas en el dulce interior de ella.
Misha comenzó a buscar aire al sentirlo. – Más – gimió – Andrew más.
El rechino los dientes al oírla. Por supuesto que quería darle más pero no podía.
Andrew sujeto a su pequeña estudiante de la cadera con una mano firme para impedir que se siguiera moviendo mientras deslizaba un dedo más en ella. Tomo uno de sus deliciosos pezones en su boca e inicio un ritmo frenético que minutos después lleve a la pequeña mujer a su tan esperada liberación.

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>> viernes, 15 de enero de 2010

CAPITULO 6.


Nunca se tiene la libertad de amar o de dejar de amar”

François de la Rochefoucauld.


Llegué puntual a mi trabajo, de mal humor pero puntual. No entendía como Tyson era capaz de hacer variar mi humor con tanta facilidad. No quería admitirlo pero me habían dolido sus palabras, yo no era mala persona, claro que me preocupaba que el mundo en que vivía fuera un lugar tan horrible y sabía que existían chicas que vivían una situación como la mía o incluso peor. Pero yo no podía hacer nada, yo ya hacía todo lo que podía, me levantaba todas las mañanas, cuidaba de mi hermana e intentaba sobrevivir, pero no me sentía con fuerzas de hacer nada mas, no era lo suficiente valiente para denunciar mi situación, tenía miedo del rechazo ¿qué pensaría la gente de mi si se enteraban de lo que me pasaba? Al mismo tiempo que tenía miedo tampoco quería que la gente sintiera lastima por mi.

Vivía en una prisión, sí, pero esa había sido mi elección. No me importaban las palizas ni las violaciones porqué esa vida había sido mi elección. Elegí proteger a mi hermana de todo lo malo y si para protegerla yo debía sufrir, es lo que iba a hacer.


Rob, el dueño del bar me recibió contento, me dio un delantal con el logo del café y me explicó el funcionamiento de todo, lo pillé todo rápidamente y me puse a atender clientes des del primer momento. No lo hice del todo mal, solamente se me cayó una taza y no fue solo por mi culpa, Rob me dio un codazo sin querer, por lo demás fue una tarde sin incidentes.

A eso de media tarde, la puerta del café se abrió y entraron Allison, Emma y Nick, se sentaron en una de las mesas de al lado de la ventana, les di un par de segundos y fui a hablar con ellos:

  • Hola.- les saludé contenta

  • hola Alex ¿Qué tal tu primer día?- preguntó Allison con una enorme sonrisa.

  • Pues...bastante bien, creo. No he quemado el local.

  • Eso normalmente garantiza que no te despidan.- dijo Nick.

  • ¿Enserio?-bromeé.- así ¿qué queréis tomar?

  • Para mi un moca.- dijo Nick.

  • Lo mismo para mi, y para Emma un zumo de naranja.- dijo Allison.

  • Marchando.


Me volví a la barra para preparar los dos cafés y el zumo de Emma, se lo serví después de unos minutos y seguí con mi trabajo. Allison y su familia estuvieron como una media hora en el café, pagaron su cuenta y Allison y yo intercanviamos unas pocas palabras antes de que se fueran. El resto de la tarde transcurrió sin ningún incidente. Cuando finalizó mi turno Rob me felicitó, me dijo que lo había hecho muy bién y se despidió hasta el día siguiente.


Salí pitando del bar y me fui a recoger a Chloe quien ya me estaba esperando con una sonrisa en sus labios, se subió al coche y yo puse rumbo a casa. Ella me contó emocionada sobre sus clases de cocina y lo bien que se lo había pasado. Cuando llegamos a casa mandé a Chloe a la ducha mientras que yo empezaba a hacer mis tareas del instituto, con todo eso llegó mi padre , le oí subir las escaleras y asomarse en mi habitación:

  • Hola.- dijo.

  • Hola.- contesté.- llegas pronto.

  • Me he venido directo. Tengo hambre ¿qué hay para cenar?

  • Aun no lo se, enseguida prepararé algo.

  • Está bien.

    Le dije a Chloe que hiciera sus deberes mientras yo preparaba la cena. Ella obediente se puso con sus deberes en la mesa de la cocina y yo preparé pollo y patatas al horno. Cuando estuvo lista la cena llamé a mi padre que estaba viendo la tv en el salón. Después de cenar y mientras que mi hermana terminaba sus deberes yo limpié todos los cacharros y puse una lavadora. Cuando mi hermana terminó revisé que no hubiera fallos en sus ejercicios y le dije que se fuera a lavar los dientes y a dormir. Yo me encerré en mi cuarto dispuesta también a atender mis tareas del instituto pero no pasó mucho rato hasta que el cerdo de mi padre invadiera mi privacidad para reclamar mis servicios sexuales, no hubo golpes ni discusiones pero si dolor y también asco. Le complací rápidamente y él se fue como había venido, sin una pizca de compasión hacia mi.

Fui a ducharme para después volver a mi habitación y terminar los deberes, luego me acosté en mi cama e intenté dormir un poco.


Martes, nuevo día, mismas obligaciones. Continuo siendo una desgraciada pero el mundo también sigue girando de manera que me levanto de la cama y me obligo a afrontarlo.

Despierto a Chloe, preparo el desayuno, como mi cuenco de cereales y me alisto para ir al instituto. Dejé a mi hermana en su colegió y yo me fui hasta el instituto.

En el aparcamiento puede ver a Tyson, Dylan y Haley. Haley me vio y me alcanzo para tener juntas unos minutos antes de entrar en clases:

  • ¿Vas a venir el viernes al partido?

  • ¿Qué partido?

  • ¿Hola? ¿En que mundo vives? El viernes hay partido de baloncesto.

  • ¿Y para que quiero ir yo a un partido de baloncesto?

  • No se, pueda que quieras darle apoyo moral a Dylan y Tyson.

  • ¿Están en el equipo?

  • ¡Dios Alex, definitivamente vives en otro mundo! Claro que están en el equipo, Tyson es el capitán.

  • ¡No jodas!- esa noticia realmente me sorprendió.

  • ¿Bueno vas a venir?

  • No creo.

  • ¡Que sosa eres!

  • No sosa no. Pero ahora por las tardes tengo un empleo y luego está mi hermana, me parece que también tengo derecho a descansar un poco.

  • ¡Visto así! Tienes razón, Alex. No volveré a llamarte sosa.- entonces sonó el timbre que anunciaba el inicio de las clases.

  • No te preocupes, nos vemos luego.


Y me dirigí a mi clase. Allí en la puerta del salón estaba ya Tyson que ni siquiera se molestó en mirarme cuando llegué. Al poco rato llegó el profesor y entramos todos.

Fue una mañana aburrida y lenta. Cuando llegó la hora del almuerzo dejé ir un suspiro aliviada, caminé como el resto de los estudiantes hasta la cafetería y me puse en la cola de la comida, cuando llegó mi turno escogí una ensalada, una manzana verde y un botellín de agua. Pagué y fui a sentarme en la mesa de siempre, me senté al lado de Dylan que se estaba zampando una hamburguesa y empecé a comer silenciosamente. Tyson y Haley entraron en la cafetería riendo, Tyson tenía su brazo sobre los hombros de Haley y le estaba haciendo cosquillas, ella reía como una loca y sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas, vinieron hasta la mesa y Haley se dejó caer a mi lado:

  • ¿Qué es tan divertido?- preguntó Dylan.

  • Nada.- dijo Haley.- es solamente que Tyson insiste en torturarme haciéndome cosquillas.

  • Tu.- le dijo Dylan a Tyson.- no le hagas cosquillas a mi hermana como pretexto para manosearla.

  • No lo hago para manosearla, eso solo lo haces tu.

  • Yo no necesito esa excusa.- dijo Dylan.- las mujeres se desnudan solas ante mi presencia.

  • Por favor...- bufé yo.

  • Que tu tengas mal gusto no significa que todas las demás mujeres no me aprecien, Alex.- dijo Dylan moviendo sus cejas.

  • Yo no tengo mal gusto.- le contesté.- Son las demás mujeres quien tienen un gusto demasiado común.- todos en la mesa se rieron.

  • ¿Me estás llamando chico común?- preguntó Dylan.

  • Oh vamos, mirate. Eres el típico chico que sale en las estúpidas películas de Hollywood. Eres mono, sí. Pero no tienes nada especial. Rubio, ojos azules, una cara aceptable y un cuerpo decente. Como tu hay a patadas.- dije.

  • Hermanito, creo que Alex te está hundiendo.- le dijo Haley.

  • A mi no puede hundirme alguien que no mide mas de metro cincuenta. La gente antes de hablar debería de mirarse en los espejos. No voy a dejar que una misántropa reprimida sexual me diga que soy común.

  • Créeme Dylan, me miro en el espejo y me veo objetivamente, se que no hay nada destacable en mi y por eso no voy de diva. No es tu cara lo que no te hace atrayente, es tu actitud. Ahora estás en el instituto rodeado de niñas monas y tontas pero en cuanto salgas de aquí si sigues sin cambiar tu actitud dudo mucho que alguien con mas de dos dedos de frente se acerque a ti.

  • ¿Y para que iba a querer una chica con cerebro?

  • Eres un idiota.


Y con eso me levanté y me fui. ¿Cómo no iba a odiar a las hombres si el que tenía en casa era un autentico cerdo y en cuanto salía de ella tenía que lidiar con tales especímenes? Caminé por el patio hasta sentarme a unos de los bancos de piedra que había esparcidos, miré la hora y aun faltaban unos 15 minutos para retomar las clases, saqué mi Ipod y me puse a escuchar música. Escuché un par de canciones antes de que alguien pusiera una de sus manos encima de mi espalda. Me separé sobresaltada, luego vi que era Tyson y me relajé inmediatamente:

  • Hey.- le dije quitándome los auriculares.

  • ¿Te he asustado? Lo siento.

  • Solo me has sobresaltado, no importa.

  • ¿Puedo sentarme?

  • Claro.- se sentó.

  • Venía a ver como estabas, parecías triste cuando te has marchado.

  • Solo es que aveces odio mi enorme bocota. Al principio solo bromeaba con Dylan, no quería ofenderle.

  • Bueno, el se lo ha buscado, es cierto que a veces tiene una actitud de mierda.

  • Eso si que lo pensaba realmente, pero debería de haberlo guardado para mi.

  • Todos hablamos mas de la cuenta de vez en cuando. Yo lo hice ayer contigo.

  • Siento lo que te dije.

  • No te preocupes, yo también me sobrepasé. Si no querías ir a la charla tus motivos tendrías.

  • Es solo que todo ese tema de los abusos sexuales me pone enferma.

  • ¿Alguien te hizo daño?

  • ¿QUÉÉÉ?- le dije alarmada.

  • Es solo que tu siempre te muestras tan distante con todo el mundo...tu jamás dejas que nadie te toque, excepto bueno, Chloe, es con la única con la que no pareces incomoda. Y luego tu...bueno, siempre te asustas cuando alguien se te acerca por detrás.- Dios ¿Tan evidente era?

  • Tyson, creo que te estás montando películas. Solamente soy alguien a quien no le gusta el contacto físico a menos que sea necesario. Eso no significa que hayan abusado de mi sexualmente. En cuanto a Chloe, es mi hermanita, la he criado yo ¿Cómo me va a molestar que ella me toque?

  • Puede que tengas razón.- dijo él sacudiendo la cabeza.- a veces se me va la olla y veo cosas en donde no las hay. Perdoname.

  • No tengo nada que perdonarte, es tierno que te preocupes.- espera ¿eso había salido de mi boca? ¿de dónde vino la palabra tierno?- así que capitán del equipo de baloncesto. Te lo tenías muy callado, eh.- le dije cambiando de tema.

  • Oye, no te rías de mi.

  • Me resulta difícil no hacerlo.

  • ¿Qué pasa?¿no crees que sea lo suficientemente alto para ser el capitán?

  • No es eso- dije riendo.- es solo que no te imagino saliendo con la capitana de las animadoras.

  • Eso es porqué está saliendo con el capitán de equipo de rugby. Después de que yo la rechazara, claro.

  • ¡Oh! ¿Y por qué hiciste eso? Pobre chica.

  • Tengo alergia a los pompones.- reímos.- no es serio, que esté en el equipo no significa que sea un idiota. Me gusta el baloncesto y jugando en el equipo puedo conseguir una beca deportiva para la universidad.

  • Yo no creo que seas un idiota.

  • Me dejas mucho mas tranquilo.- volvió a reír.- ¿nos vamos a clase o qué?

  • Vamos.- se levantó y me ofreció su mano, yo me quedé viéndole con una ceja levantada.

  • Oh, contacto físico no necesario.- retiro su mano.

  • Chico listo.- le dije. Y nos fuimos tranquilamente a clase.- Por cierto.- le dije.- ¿Qué tal con Haley?

  • Bien...creo.

  • ¿Crees?

  • Bueno, no se si debería invitarla a salir otra vez.

  • Claro que deberías hacerlo.

  • ¿Ella te ha comentado algo?

  • Que la cita fue genial pero que estaba algo decepcionada.

  • ¿Por qué?

  • Porqué ella creía que ibas a besarla y no lo hiciste.

  • ¡Oh!- exclamó. Yo me reí.- Creí que era muy pronto.

  • Pues si, pero piensa que Haley es como un terremoto.

  • En eso tienes razón, creo que la invitare a salir el viernes.

  • ¡Muy bien Tyson!

  • No me animes como si fuera a descubrir la vacuna contra el sida.- yo me reí.- ¿Y qué es eso de que has encontrado un trabajo? Estás haciendo quedar mal a todos los adolescentes del país, estudias, trabajas y cuidas de tu hermana. Tu no eres normal.

  • Solo trabajo un par de horas en un café.

  • ¿Y qué has hecho con Chloe?

  • Actividades extraescolares.

  • Ah bueno, si algún día necesitas que alguien se quede con ella, puedes contar conmigo.

  • Gracias, Ty. Eres muy amable.

  • De nada enana. Sabes que adoro a tu hermanita.

  • Si, y ella tiene un enamoramiento infantil contigo.


Los dos nos reímos y entramos en clase. Nos sentamos en nuestros sitios y dejamos que la mañana terminara.

Cuando por fin terminaron las clases salí hablando con Haley al aparcamiento, ella estaba apenada por la actitud que había tenido su hermano pero yo le dije que no era culpa suya que no debía preocuparse y que yo también me había excedido. Me despedí de Haley y me fui a trabajar.


La tarde en el café pasó tranquila, vinieron mas o menos los mismos clientes que la tarde anterior mas algunos nuevos, me pasé la tarde preparando cafés, sirviéndolos y limpiando mesas. Cuando mi turno terminó fui a recoger a Chloe y cuando volvíamos a casa hicimos una parada en el supermercado, compramos todo lo que hacía falta en casa y nos fuimos.

Al llegar a casa se repitió la misma rutina que el día anterior, Chloe se bañó e hizo sus deberes mientras yo guardaba las compras y empezaba a preparar la cena.

Mi padre llegó mientras estaba preparando la cena, pero esta vez no venía solo, con él iba otro hombre un par de años mas joven que él, a diferencia de mi padre que iba vestido con traje por su trabajo el otro hombre vestía de manera informal, no se porqué pero que mi padre hubiera llegado acompañado me dio muy mala espina:

  • Hola, Alex.- dijo mi padre.

  • Hola.- le dije en respuesta.

  • Esta es mi hija.- le dijo al hombre.- Alex, este es Michel un amigo mío.

  • Es un placer conocerte Alex, tu padre me ha hablado mucho de ti.- y otra vez no me gustó la forma en que lo dijo, en su voz podía detectar una pizca de lujuria.

  • ¿Michel va a quedarse a cenar?- le pregunté a mi padre.

  • Sí ¿has preparado suficiente comida, no?

  • Iba a preparar unas hamburguesas, pero puedo preparar otra cosa. Si hubiera sabido que había invitados hubiera no se, preparado una lasaña.

  • No te preocupes por mi, preciosa. La hamburguesa estará bien.- dijo Michel y yo me estremecí.

  • ¿Y tu hermana?- dijo mi padre.

  • Haciendo sus deberes.

  • Bien.


Por suerte ni mi padre ni ese hombre mostraron interés en mi pequeña hermana de manera que pude respirar un poco, solo un poco mas tranquila. Terminé de preparar la cena y llamé a todo el mundo para cenar. La cena fue silenciosa para Chloe y para mi, mi padre y Michel hablaban entre ellos mientras que me miraban lascivamente. Cuando terminamos de cenar fui a llevar a Chloe a su cama, le ayude a ponerse el pijama y la metí en la cama, le di un beso de buenas noches y pude ver como se quedaba dormida inmediatamente, salí de su habitación con mucho cuidado y me dirigí otra vez a la cocina para recoger los cacharros, cuando bajé las escaleras mi padre y Michel estaban hablando de algo en la entrada, parecía que se despedían:

  • ¿Os vais?- pregunté.

  • Michel se va a su casa, yo me quedo.- mi padre.

  • Ah, pensé que ibais a tomar algo.

  • Mi mujer me espera en casa.- dijo Michel.- ha sido un placer conocerte, Alex. Gracias por la cena y espero que nos volvamos a ver pronto.- ese ultimo comentario no me gustó nada.

  • Claro, adiós.- dije educadamente.- dicho eso me volví a la cocina. Empecé a lavar los platos mientras que mi padre terminaba a despedirse, me agache para recoger un tenedor que se me había caído cuando sentí la entrepierna de mi padre pegada a mi cadera.

  • Oh, Alex...Alex, no deberías agacharte así.- yo me enderecé y aparté de un salto.- oh vamos pequeña, ven aquí, no voy a hacerte nada.- dijo riendo. Claro, nada, eso era la mentira mas grande del mundo.

  • Papá por favor...- supliqué.

  • No me hagas poner de mal humor, niña. ¿O te gusta que te golpeé?- una lagrima escapó de mis ojos, no claro que no me gustaba que me golpeara, pero cuando me violaba después de golpearme me sentía mucho menos despreciable porqué al menos había intentado resistirme. Pero no me podía permitir el lujo de que me rompiera algo ni que mi cara quedara hecha un mapa, tenía deberes que atender. Dejé ir un suspiro frustrado.

  • Está bién ¿qué quieres?

  • Oh, tu sabes muy bién lo que quiero.


Claro que lo sabía, de manera que me arrodillé delante de él y abrí sus pantalones. Todo lo demás...prefiero no recordarlo.


Eran las dos de la madrugada cuando por fin terminé todos mis deberes, me levanté de la silla frotándome la espalda y antes de acostarme fui a ver como estaba Chloe, ella seguía durmiendo tranquilamente de manera que salí despacio de su habitación para no despertarla. Volví a mi cuarto y me acosté, cogí el despertador de mi mesilla de noche y lo programé como siempre a las seis y media. Después de eso cerré los ojos y volví a abrirlos cuando sonó el despertador.

Salí de la cama de mala gana y bajé a la cocina a preparar el desayuno, encendí la cafetera puesto que sentí que necesitaba algo de cafeína para mi cuerpo si quería funcionar, saqué del congelador unos gofres (waffles en otros lugares del mundo) y los metí en el microondas, subí a despertar a mi hermana y volví a mi habitación para cambiarme de ropa, vaqueros holgados y viejos, una camiseta de los Ramones y mis converse negras, hice la cama y salí de mi habitación al mismo tiempo que mi hermana, nos comimos los gofres después de ponerles chocolate por encima y volvimos arriba para lavarnos los dientes y terminar de alistarnos, cogí mi bolsa y mi chaqueta de cuero de no se...¿octava mano? Lo bueno que tenía vivir en NY es que se encontraba todo tipo de ropa de segunda mano por muy buen precio y en buen estado.


Por segunda vez a la semana llegué temprano al instituto, en el aparcamiento había aun poca gente pero pude reconocer a Tyson apoyado sobre su coche fumando un cigarrillo. ¿Cómo no verlo si no era precisamente chiquitín? Caminé hacia él y le di los buenos días:

  • Pero bueno, mirate.- me dijo.- Estás totalmente sexy hoy.- sentí calor subiendo a mi mejillas.

  • ¿Te has dado un golpe en la cabeza?- le pregunté.

  • No.

  • Pues entonces no digas sandeces.

  • No son sandeces, yo creo que hoy estás sexy. Pareces una chica rebelde, con tu camiseta de los Ramones y la chaqueta de cuero.

  • ¿Si a esto llamas sexy, cómo llamas a eso?- señalandole a una chica rubia con una minifalda vaquera realmente pequeña y unos terribles zapatos de tacón rojos.

  • ¿A eso?- preguntó Tyson.- Pues yo no se tu pero yo a eso le llamo zorra.- No pude evitar reírme.

  • Eres un bestia.- le dije.

  • Oh vamos ¿Quién se pone un cinturón alegando que es una falda para ir al instituto?

  • No se. Oye ¿me acompañas a por un café?- necesitaba mas cafeína.

  • Claro, vamos.- dijo Tyson dándole una ultima calada al cigarrillo.


Fuimos a por mi café y después nos encaminamos a nuestra primera clase. La mañana pasó deprisa, en clase de física nos mandaron un trabajo por parejas y Tyson me pidió que fuera su compañera, accedí porqué no había hablado con nadie mas de la clase y porqué Tyson era realmente bueno en esa materia. Iba caminando hacia mi clase de deportes cuando Haley me hizo un placaje en el pasillo:

  • ¡Dios Haley! ¿se puede saber por qué no estás en el equipo de rugby?

  • Pues porqué no aceptan chicas.- yo puse los ojos en blanco.

  • Un día de estos vas a matarme.

  • Lo siento, es que estoy muy contenta.

  • ¿Y eso por qué?

  • ¡Tyson me ha invitado a salir de nuevo el viernes!

  • Vaya, muy bien Haley.- le dije fingiendo sorpresa, y en algún punto muy dentro de mi ser sentí una punzada de celos.

  • Oh si, va ser genial. Espero que esta vez me bese porqué si no voy a ser yo la que salte a su yugular.

  • Es muy alto, no creo que llegues.

  • Que tonta...- bueno te dejo o llegare tarde. Dijo mientras se iba por el pasillo tirándome besos.


Sacudí la cabeza, definitivamente a Haley le faltaban un par de tuercas. Una vez en el vestuario me cambié rápidamente de ropa y salí al gimnasio, el entrenador nos llevó hasta el campo de fútbol y simplemente nos hizo correr durante toda la clase, empezamos a dar vueltas al campo y yo después de dar media ya estaba medio muerta:

  • Vamos Alex, tu puedes.- me dijo Tyson que se puso a mi lado.

  • No, no puedo.- él se rió.

  • Claro, si ya sabía yo que no podías hacerlo todo bien. Es normal, al ser tan chiquitina tienes tu limitaciones.- dijo picándome.- con esas piernas tan cortas como vas a correr.

  • Yo puedo correr tanto como tu, correcaminos.

  • A ver si es verdad, atraparme.- y me quitó el Ipod y empezó a correr mas rápido. Yo me “enfadé” y empecé a seguirle mientras le gritaba.

  • Tu ¿se puede saber donde vas con mi Ipod? Vuelve aquí si no quieres que termine con tu vida chico torre.

  • En tu vida podrás cogerme, enana.

  • Pues te juro que encargaré un rifle por internet y te dispararé a ese ridículamente atractivo culo que tienes.- Tyson se paró en seco y yo que estaba muy cerca de él no pude parar y colisioné contra él.- AUCH.- me quejé y me caí de culo.- ¿Se puede saber porqué te paras así?

  • ¿Te gusta mi culo?- me preguntó él con una sonrisa pícara. Y creo que en ese momento me puse de todos los colores. Mierda ¿había dicho en voz alta lo de culo ridículamente atractivo?

  • ¡NO!- chillé.

  • Oh vamos, acabas de decir que tengo un culo atractivo.- dijo haciendo un baile a mi alrededor

  • Já, que mas quisieras.

  • Oh no, que mas quisiera no. Porqué acabo de escuchar claramente con estas orejitas- dijo acariciándoselas.- como decías que tengo un culo atractivo.

  • He dicho ridículamente atractivo.- mierda, me tapé la boca.

  • Ves, si lo has dicho. Oficialmente te gusta mi culo. ¡LE GUSTA MI CULO!- gritó. Me saqué un zapato y se lo tiré a la cabeza, todo el mundo había parado de correr y nos miraba partiéndose de risa.

  • Lodge, Owen al despacho de la directora.- nos gritó el entrenador.

  • Mierda.- dije.


Volví a ponerme mi zapato y empecé a caminar con Tyson hacía el despacho de la directora Evans, iba caminando sin decir nada maldiciendo a Tyson mentalmente, el se veía tranquilo e incluso sonreía:

  • ¿Estás enfadada?- me preguntó.

  • Sí.- le respondí, pero en verdad no lo estaba.

  • Oh vamos, Alex. Solo ha sido una broma, yo no tengo la culpa de que el entrenador sea un amargado.

  • Si la tienes.

  • Claro que no, y tampoco no pasa nada porque te guste mi culo, yo se que tengo un culo realmente bonito.- y después de eso ni él ni yo pudimos aguantarnos mas la risa. Después de un par de minutos riendo en el pasillo retomamos nuestro camino.- Así ¿no estás enfadada?

  • No, pero debería estarlo.- llegamos al despacho de la directora y Tyson llamó a la puerta, des de dentro de escuchó un adelante y Tyson abrió la puerta de par en par.

  • ¿Cómo está hoy la directora mas sexy de todos los institutos del mundo mundial?- dijo Tyson con entusiasmo.

  • Por dios, Tyson. ¿Otra vez tu? Es la cuarta vez que te veo esta semana.

  • Es que no puedo vivir sin ti, Violet. Las horas sin ti me pasan lentas y tortuosamente. Mi corazón sufre cuando no te veo.

  • Lo que van a sufrir son tus pelotas si no paras de hacer el idiota.- ¿Eso había salido de la boca de la misma directora que me había dicho querida hace apenas unos días?

  • Eres cruel.- dijo Tyson entrando al despacho.

  • ¿Vienes solo o con Dylan?

  • Oh veras Violet, no quiero que te pongas celosa pero esta vez vengo con una chica.- entré y pude ver como la directora tenia los ojos en blanco. Entonces me miró.

  • Alex, hola querida.- definitivamente esta señora era bipolar.

  • Eh, hola.- dije yo mientras tomaba asiento al lado de Tyson.

  • ¿Por qué a ella le dices querida y a mi me amenazas con cortarme las pelotas?

  • Porqué ella es una buena chica y tu eres un macarra de tres al cuarto.

  • No es justo. ¿Qué hay de eso de que todos los estudiantes somos iguales?

  • Tyson has pasado mas horas en este despacho que yo de manera que callate si no quieres que te castigue seriamente.

  • ¿En serio he pasado mas horas que tu? ¿Puedo poner una placa con mi nombre en la puerta?- no pude reprimir darle una colleja a Tyson.

  • Callate ya.- le dije. Tyson lo hizo.

  • Wow, si hubiera sabido que esto funcionaba lo hubiera hecho hace años.- dijo la directora.- suspiró.- Ahora Alex querida, dime ¿por qué estáis aquí?- y me sonrió dulcemente.

  • Pues...por un incidente en clase de gimnasia.- Tyson me cortó y le contó lo que había pasado.

  • Tyson, eres idiota.- le dijo la directora.- Anda, marchaos de aquí. Y Tyson, la próxima vez que quieras ligar con una chica invitala al cine. Es mucho mas practico que montar una escena.

  • ¿Quieres ir al cine conmigo el sábado?- le dijo Tyson a la directora riendo.

  • ¿Quieres limpiar los inodoros con un cepillo de dientes el resto de año escolar?- le respondió la directora con una sonrisa maléfica.

  • Ouch, no.- dijo Tyson.- bueno, hasta pronto Violet.


Y Tyson me empujó fuera del despacho. Sin duda alguna, lo que había pasado en ese despacho era la cosa mas rara que había visto alguna vez. Nunca había conocido a nadie que tratara a su director/a con esa confianza y desparpajo. Realmente Tyson estaba loco. ¡Qué digo loco, estaba como una puta cabra!


CAPITULO 7.



Tyson hizo que le prometiera que acudiría al partido, al principio le dije que no con la excusa de Chloe pero finalmente me convenció diciéndome que eso no era excusa y que Chloe también podía ir al partido, al final accedí a ir.

Cuando se lo dije a Chloe se mostró muy entusiasmada de manera que cuando nos reunimos con Haley en el aparcamiento del instituto tanto entusiasmo me puso de los nervios. Nos sentamos en las gradas con Chloe en medio de Haley y yo y esperamos a que empezara el partido. Cuando los chicos salieron a la cancha los vitorearon y animaron, incluso me di cuenta de que tanto Dylan como Tyson tenían un club de fans, aunque el de Dylan era mas numeroso. Dylan se giró hacia su club de fans y les mandó un beso, ellas enloquecieron y pude ver como Tyson le daba una colleja a Dylan.

El partido empezó y como yo no tenía ni idea de baloncesto no me entraba mucho de lo que pasaba en la cancha, solamente bueno, aplaudía con el resto cada vez que los nuestros encestaban. Ganamos de veinte, según Haley el otro equipo era bastante malo por eso ganamos con tanta ventaja.


Esperamos fuera en el aparcamiento a que salieran los chicos, tardaron aproximadamente unos quince minutos, tiempo en el que Chloe se quedó dormida en el asiento del coche, yo hubiera marchado al instante pero me quedé haciéndole compañía a Haley, Tyson no saludó contento ya que la mayoría de puntos los había hecho él:

  • ¡Hola chicas!

  • ¡Ty, estuviste increíble esta noche!- le dijo Haley. Yo pensé que ella había sonado como una estúpida animadora.

  • Eh, gracias Haley.- entonces me miró a mi.- Al final viniste.

  • Oh, por favor, no te hagas el sorprendido. Prácticamente me obligaste a venir ¿Qué iba a hacer?- él se rió.

  • Cierto ¿Qué has hecho con Chloe?

  • La tienes aquí mismo, durmiendo como un angelito.

  • Vaya, ahora me siento mal por haceros venir.

  • El remordimiento es bueno.- él puso los ojos en blanco.- Bueno ¿Es que acaso vosotros no tenéis una cita?

  • Cierto. ¿Nos vamos, Haley?

  • Claro.

  • ¿Nos vemos mañana?- preguntó Tyson.

  • Estaré ahí a las nueve y como no estés despierto te patearé el culo.

  • Prometo estar despierto.


Me dijeron adiós con la mano y se fueron hacia el coche de Tyson. Por el contrario yo me subí a mi coche y puse rumbo a casa sin que mi hermana se despertara. Cuando llegamos la cogí en brazos y fui a dejarla en su habitación. Estaba bajando el ultimo peldaño de las escaleras cuando me cogieron bruscamente del brazo:

  • ¿Se puede saber de dónde vienes a estas horas?- este era mi padre y estaba borracho.

  • Te dije que iría con Chloe a ver un partido de baloncesto al instituto.

  • Es verdad.- y soltó su agarre aunque yo ya estuviera segura de que me iba a salir un moretón.- Tengo hambre.

  • Está bien, te prepararé algo ¿Qué te apetece?

  • Lo que sea.

  • Creo que quedan sobras de la ensaladilla rusa de ayer ¿Te sirve?

  • Sí.


Mi padre fue a sentarse en el comedor y yo a sacar las sobras de la nevera y ponérselas en un plato.

Por la mañana desperté temprano, mi cuerpo dolorido por las actividades de la noche anterior, mi alma...simplemente rota. Me arrastre fuera de la cama para continuar con mi rutina, preparar el desayuno, despertar a Chloe, arreglarme para que el mundo exterior no se diera cuenta de nada, desayunar e ir...a casa de Tyson a hacer el trabajo de física.

Chloe iba a pasar el día con Emma, el jueves por la tarde Allison había venido al café para pedirme permiso para poder llevar a Chloe a pasar el día con ellos en el Zoo. Yo le di permiso a Chloe de manera que antes de ir a casa Tyson la iría a dejar en casa de Allison. Mi hermana estaba emocionada y no paraba de dar saltitos en el asiento del coche mientras nos dirigíamos a casa Emma. Cuando llegamos llamamos al timbre y nos abrió Nick con cara de sueño y una muy emocionada Emma pegada a su pierna. Hablamos durante unos minutos en que intenté persuadirles para que Chloe pagara su propia entrada y comida pero ellos no dieron su brazo a torcer y decidieron que ellos invitaban a Chloe, finalmente lo acepté y después de despedirme de ellos y de recordarle a Chloe que se tenía que portar bien puse rumbo a casa Tyson, llegué a las nueve y ocho minutos, llamé a su puerta y después de unos minutos me abrió vestido solamente con unos pantalones cortos, frotándose los ojos y totalmente despeinado:

  • Te advertí que estuvieras despierto, Tyson Lodge.

  • Estoy despierto.

  • ¿Vas a negarme que acabas de salir de la cama?

  • No.

  • Eso te pasa por trasnochar.

  • Todo en la vida tiene un precio, anda pasa.- entré.

  • ¿No hay nadie?

  • No, mi madre y mi hermana se han ido de compras. ¿Quieres desayunar?

  • Ya he desayunado. Pero un café estaría bien.

  • Pues sígueme renacuaja.- le puse ojos asesinos y él se rió. Fuimos a la cocina y Tyson se puso a pelearse con la cafetera, definitivamente este chico era un desastre.

  • ¿Quieres que lo haga yo?

  • Hmm...¿Vale?- me reí.

  • ¿Ni siquiera sabes como funciona tu propia cafetera?

  • No estoy familiarizado con todos estos cacharros.- se defendió él.

  • ¿Entonces cómo vas a prepararte el desayuno?

  • Eso es una buena pregunta.

  • Eres un desastre.- él sacó cereales de uno de los armarios de la cocina.-Por cierto ¿Qué tal la cita con Haley?

  • Bien...

  • ¿Sólo bien?

  • Bueno, en realidad no se.

  • ¿Qué pasó?

  • Nada, en realidad al principio iba todo bien, pero después...

  • ¿Después qué?

  • Nosotros pues...yo...esto...

  • ¿Os besasteis?

  • Si.- dijo él un susurro.

  • ¿Y eso es un problema?

  • No, pero...Haley es muy...¿cómo decirlo? Acelerada.

  • Ai...

  • Bueno da igual, Alex. No quiero agobiarte con mis tonterías.

  • No importa, Ty. De verdad.

  • Bueno, pero tenemos un horrible trabajo de física por hacer.

  • Dios... no me lo recuerdes.- le dije desconsolada.

  • ¿Vamos a mi habitación?

  • Si no hay mas remedio.


Subimos a su habitación y nos pusimos con el trabajo. Suerte y digo GRANDISIMA SUERTE que Tyson me pidió que fuera su compañera para este trabajo porqué si no estaría realmente perdida, prácticamente no me enteraba de nada de lo que Tyson estaba tecleando en el ordenador, así que, por primera vez en mi vida dejé a alguien hacer mi trabajo y me dediqué a rascarme la barriga. Como me aburría empecé a inspeccionar su habitación, sin tocar nada claro..., estaba mirando unas fotos que tenía encima de la estantería cuando él me tiro un trozo de goma a la cabeza:

  • Deja de fisgar.- me dijo.

  • No estoy fisgando, solamente estoy viendo estas fotos.

  • ¿Qué fotos?

  • Estas.- y se las mostré.

  • ¡Dios, estas no!- y se levantó para quitármelas.

  • Eh, quiero verlas ¿Qué ocultas ahí?

  • Nada.

  • Pues si no ocultas nada deja que las vea.

  • No.- yo intenté quitárselas y el simplemente elevó la mano con que sujetaba las fotos por encima de su cabeza.

  • ¡Eh, eso no es justo, bajalas!- no se de donde estaba saliendo mi comportamiento, pero con Tyson me sentía agusto, podía bromear con él y yo sabía que no me iba a tocar ni un pelo.

  • ¿Ahora qué vas hacer, eh? ¿eh? ¿Cómo vas a llegar aquí arriba?- bromeaba él. Yo me colgué de su brazo.

  • ¡Bajate! O voy a llamar a Rapunzel para que me eche una mano.

  • ¿A Rapunzel?

  • Sí, a Rapunzel.

  • ¿Y eso por qué?

  • Para que me lance su cabellera des de arriba del chico Torre.


Entonces él puso a reírse, mucho, de manera que se dobló sobre su estómago y yo aproveché para robarle las fotos. Empecé a pasarlas rápido hasta que llegué a una en donde había un niño pequeño, de unos cuatro años. Los rasgos de su cara eran los mismos que los de Tyson, aunque no eran tan angulosos como ahora, eran los rasgos redondeados propios de un niño, mini Tyson tenía una gran sonrisa en su rostro y sus increíbles ojos azules brillaban como un lucero, hasta aquí todo estaba bien, pero el Tyson en miniatura de la foto tenía su camiseta subida hasta el pecho y se había bajado sus pantalones y ropa interior hasta los tobillos. Al ver esa imagen no pude hacer otra cosa que reírme. Me reí tanto que terminé despatarrada por el suelo, Tyson me miraba como si me hubiera vuelto loca y cuando finalmente pude parar mi ataque de risa él alegó:

  • De pequeño tenía alma nudista.

  • Ya lo veo.

  • ¿Tienes algún problema con eso?- me dijo bromeando.

  • ¿Yo? Ninguno, creo que la foto es graciosisima. Deberías ponértela de perfil en facebook.

  • ¿Sabes? Estás loca.- dijo con una sonrisa ¿cariñosa?- pero me gusta Alex, me gusta verte reír así.

  • eh...¿gracias?- él dejó ir una carcajada.

  • Vamos a seguir con el trabajo. O bueno, voy a seguir con el trabajo.

  • Lo siento Tyson, pero tu eres muy bueno.

  • Lo se, pequeña.- dijo vacilón.


Continuamos haciendo el trabajo, bueno él continuó haciéndolo, era prácticamente hora de comer y el estomago de Tyson rugió como un león, como su madre y su hermana aun no habían llegado y él estaba currando como el que mas yo me ofrecí a preparar la comida. Tyson se bajó a la cocina conmigo y con su portátil para continuar trabajando mientra yo preparaba macarrones y patatas al horno:

  • Wow Alex, esto huele realmente bien.

  • Gracias. Pero solamente son unos macarrones y unas patatas.

  • Sí, pero huelen bien. Yo hubiera quemado ya la casa.

  • ¿Qué vas a hacer cuando de vayas a la universidad?

  • Vivir del McDonald's.

  • Pues entonces morirás joven.

  • Bueno, todo gran estrella del rock muere joven.

  • Si, pero tu no eres una estrella del rock.

  • Aun.- puse los ojos en blanco.

  • ¿Qué quieres estudiar, Tyson?

  • Ingeniería. Me gustaría ir a Brown, pero lo veo realmente difícil. Así que supongo que terminaré en Berkeley o en UCLA.

  • También son buenas universidades.

  • Lo se, pero no quiero quedarme en California.

  • Entiendo.

  • ¿Tu a qué universidad quieres ir?

  • Yo no voy a ir a la universidad.

  • ¿Por qué?

  • Porqué no quiero.

  • Pues vaya tontería, Alex.

  • No es tontería ¿Quién va a cuidar de Chloe si yo voy a la universidad?

  • No se...dejame pensar. ¿Tu padre?

  • Mi padre es incapaz de cuidar de nadie.

  • Yo creo que exageras, Alex. Tienes demasiadas responsabilidades, tu hermana no es solo responsabilidad tuya. Además también estás trabajando y estudiando. Deberías darte un respiro si no al final vas a explotar.

  • ¡No puedo darme un respiro!- y sin querer con el codo tiré al suelo un vaso que se rompió al hacer contacto.


Flashback


Hacía apenas un mes que mi madre había fallecido, tenía ocho años y me sentía triste, tenía ganas de llorar y de tumbarme y no hacer nada pero no podía hacerlo, mami había muerto, papi estaba muy raro y alguien debía de ocuparse de mi nueva hermanita. Mi hermanita Chloe, era tan bonita, tan suave...pero ella siempre lloraba y yo tenía que darle el biberón o cambiarle los pañales. Yo no sabía como se hacían todas esas cosas y cuando se lo decía a papá él simplemente me gruñía, así que tuve que aprender. Tenía una leve idea de como se hacían esas cosas por la televisión, sabía que cuando le cambiaba el pañal a Chloe tenía que limpiarle el culete y ponerle polvos para que no se hiciera pupa, que el agua con que la bañaba no debía estar muy caliente, que tenía que darle muchas veces el biberón y luego hacer que eructara.


Todo eso me venía grande, pero lo hice lo mejor que pude, nunca me enfadaba con mi hermana porqué ella era simplemente angelical.

Mi padre solamente hablaba para ordenarme cosas y el día que todas mis pesadillas empezaron fue cuando me ordenó que le trajera un vaso de agua al salón, yo lo hice pero al entrar en el salón me tropecé y el vaso se me cayó al suelo. Mi padre se enfado mucho, me insultó de muchas maneras y esa fue también la primera vez que golpeó y que robó mi inocencia.


Fin del flashback.


En el momento en que el vaso se rompió ese recuerdo volvió a mi mente, reviví todo el dolor que había sentido y el sentimiento de miedo y angustia se apoderaron de mi, me agaché rápidamente para recoger los cristales mientras me disculpaba:

  • Oh Tyson, lo siento mucho. Perdoname.- mi voz sonaba quebrada.

  • No pasa nada, Alex. Dejalo, vas a cortarte, dejame a ir a por la escoba.

  • No yo lo hago, no te preocupes.- dije mientras seguía recogiendo los cristales con mis manos desnudas.- Dios, soy tan estúpida, cuanto lo siento.- y en ese momento mi lagrimas hicieron acto de presencia y lo próximo que se es que estaba en los brazos de Tyson sollozando y con las manos llenas de cortes.

  • Shtt, calmate Alex. No pasa nada.- el me mecía. No se cuanto rato estuvimos así.

  • Lo siento Tyson, lo siento mucho.- le dije cuando cesaron mis sollozos.

  • Para ya de disculparte, no pasa nada. Ni siquiera era la cristalería buena.- dijo para aliviar la tensión.

  • No me disculpo por lo del vaso.

  • Oh bueno, esto no importa tampoco.

  • Gracias.- le dije.

  • De nada. Ahora...si estás un poco mejor, deberíamos curar tus manos.

  • No hace falta, yo lo haré.

  • Alex...- me dijo con ojos severos.

  • Bueno está bien, tu puedes hacerlo.

  • Eso pensaba.


Me ayudó a levantarme del suelo e hizo que me sentar en una de las sillas de la cocina él desapareció durante un momento y volvió con el botiquín. Me puso un trapo limpio sobre mi regazo y luego me limpió los cortes con alcohol, algunos de los cristales seguían clavados a mi piel por lo qué Tyson, con sumo cuidado, los quitó con unas pinzas. Luego con un algodoncillo impregnado de Betadine volvió a limpiar mis cortes. Me puso unas tiritas en los cortes mas profundos que aun sangraban y entonces besó las palmas de mis manos:

  • Así se curará antes.- dijo sonriendo.- o al menos eso me decía mi madre de pequeño.

  • Mi madre también lo decía...y yo se lo digo a Chloe.

  • Pues entonces debe ser verdad.- yo solamente pude asentir y le di un pequeño abrazo a Tyson, me costó mucho hacerlo, pero quería demostrarle que le estaba agradecida.- Alex...¿Puedo preguntar que ha pasado?

  • Yo...solamente he relacionado el vaso roto con el día en que murió mi madre.- eso era en parte cierto.

  • Oh.- dijo solamente.- ¿La echas mucho de menos?

  • No te puedes imaginar cuanto. Ella me hace mucha falta. Yo simplemente no se como hacer las cosas.- me sinceré.- No se si lo estoy haciendo bien con Chloe ¿Qué necesita ella? ¿Es feliz? Me trata como si fuera su madre y yo me siento culpable por eso porque me gustaría que tuviera una de verdad.

  • Alex, calmate. Es normal que te sientas así, como te he dicho antes tienes mucha presión, pero pese a todo yo creo que lo estás haciendo jodidamente bien. Vamos, tu sabes que lo haces bien con Chloe, solamente tienes que estar un rato con ella para ver que si que es feliz, además es un encanto de niña y por lo poco que se no creo que sea una niña rebelde, eso significa que la has educado bien y que te respeta. Y bueno, es normal que ella te vea como a su madre, no ha conocido a nadie mas, pero estoy seguro que tu le hablas de vuestra madre y que ella sabe que la quería.

  • Puede que tengas razón.- le dije sorbiendo mi nariz.

  • Porsupuesto que la tengo. Alex no tienes de que preocuparte, tu eres realmente una chica fuerte y se que podrás afrontar todos los problemas que se te planteen.

  • Espero que así sea, espero que así sea.


Después de estar un rato sentados en silencio Tyson se fue a por la escoba y una pala (o un recogedor o como quiera que se diga en castellano) y reogio todos los cristales. Comimos la comida que yo había preparado, ya estaba medio fría pero a él no pareció importarle incluso la elogió y luego volvimos a su habitación a terminar el trabajo.








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