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>> sábado, 27 de marzo de 2010



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APRENDER A VIViR..AN

>> lunes, 22 de marzo de 2010

CAPITULO 14.


No se realmente el tiempo que me pasé besando a Tyson, lo que si se es como me sentí. No me sentí para nada incomoda ni tampoco sentí miedo. Sus labios fueron tiernos suaves y dulces, tiernos y pacientes. Él no intentó controlar el beso, dejó que fuera yo la que explorara su boca, cuando me sentí segura intensifiqué el beso y el me correspondió.


Cuando mis labios se separaron de los suyos para buscar el aire, los sentí solos. Entonces comprendí toda la falta que me hacía Tyson y que estaba locamente enamorada de él.

Después del beso él simplemente me abrazó y me dio un beso en la frente, yo puse mis brazos al rededor de su cintura y me apreté contra él:

  • Alex no me apartes de ti.- me dijo.

  • No lo haré. Quizás debería hacerlo, pero no me siento con fuerzas. Solo te digo que soy muy complicada.

  • Por eso te quiero. Por que no hay quien te entienda.

  • No sabes donde te metes.

  • Sht, ahora no.


Y volvió a besarme. Fue un beso corto porqué Tyson me conocía lo suficiente para saber que necesitaba ir poco a poco. Nos quedamos un rato mas el uno en los brazos del otro hasta que le eché un vistazo al baño:

  • ¡Yo te mato!- le dije.

  • ¿Por qué?

  • ¿Has visto como hemos dejados esto?

  • ¡Ups!

  • Sí, ups...

  • Vamos, entre los dos lo limpiamos en un pis pas.

  • Claro...como los platos.- dije irónicamente.

  • Exacto.

  • Bueno, deja que me cambie primero.

  • ¿Y yo qué?

  • Uh, tienes razón...ponte el albornoz y dame tu ropa, la pondré a secar.


Fui a cambiarme de ropa y me puse el pijama, mi ropa estaba empapadísima de manera que la puse en un cesto de plástico y fui a buscar la de Tyson, él me la dio y yo la puse en la lavadora. En cuando vi la cocina por poco me pongo a llorar,eso parecía una piscina, empecé a sacar al fregona, el cubo y demás. Cuando lo tuve todo empecé a secar el agua con la fregona, entonces apareció Tyson vestido con mi albornoz, estaba ridículo porqué le quedaba super pequeño, yo empecé a reírme y él se sonrojó, me pareció muy tierno:

  • No te rías de mi.- dijo.

  • Es que no puedo evitarlo.

  • Era eso o desnudo...¿Me desnudo?- dijo bromeando.

  • No...mejor quedate así.

  • Eso pensaba ¿Quieres que limpie el baño?

  • Por favor.

  • ¿Tienes otra fregona?

  • Justo detrás de ti.

  • Vale pues, manos a la obra.


Cuando ambos terminamos de limpiar, el programa corto que había puesto en la lavadora ya había terminado por lo que puse nuestra ropa en la secadora. Después de eso busqué a Tyson y lo encontré sentado en el sofá. Me senté a su lado y el enseguida me rodeo con sus brazos. Nos quedamos un rato así, sin decir nada, solamente sintiendo el calor de nuestros cuerpos:

  • Es un milagro que Chloe no se haya despertado con todo este escándalo.- comentó después de un rato.

  • Bueno, eso es porqué Chloe no se despierta ni que le caiga una bomba justo al lado.

  • La envidio. -dijo.

  • Y yo. Oye ¿qué haces el viernes?

  • Nada ¿Por?

  • ¿Te apetece venir a hacer de niñera conmigo? Le he organizado una fiesta de pijamas a Chloe porqué la semana que viene es su cumpleaños.

  • Estaré encantado de venir a ayudarte.- y me besó la nariz.


Nos quedamos un rato en el sofá, simplemente viendo la tele abrazados, cuando la ropa de Tyson estuvo seca se vistió y se fue a su casa despidiéndose de mi con un beso en la frente. Yo subí las escaleras feliz y me metí en la cama, estuve un rato dando vueltas en la cama pensando sobre Tyson y sobre mi, primero me sentí algo culpable y también egoísta porqué Tyson se merecía a alguien mejor que yo, pero decidí que fuera él quien se diera cuenta, yo estaría a su lado mientras él quisiera. Me dormí con ese pensamiento.


Me desperté temprano puesto que con los años me había acostumbrado a dormir poco, miré el despertador y vi que eran las cinco de la mañana, recordando que no había hecho mis deberes me levanté para hacerlos. Cuando los terminé media hora mas tarde bajé a la cocina para preparar pasta de crepes, mientras reposaba la mezcla subí a darme una ducha y me arreglé para ir a la escuela. Después de vestirme desperté a Chloe y mientras ella se preparaba yo terminé de hacer el desayuno, hice los crepes y zumo de naranja. Mi hermana entró en la cocina entusiasmada por el olor a crepes y desayunamos tranquilamente. Como aun era pronto cuando terminamos, lo recogí todo y me preparé un café, luego subí otra vez a lavarme los dientes y a coger mi bolsa, Chloe también estaba lista por lo que nos fuimos.


Llegué al instituto un poco temprano, la mayoría de los estudiantes estaban llegando y los que ya habían llegando se encontraban hablando animadamente en pequeños grupos. Empecé a caminar para ir a mi clase pero como ya venía siendo costumbre me encontré con Kevin:

  • ¡Alex, buenos días!

  • Buenos días.- le respondí.

  • ¿Qué tal estás?

  • Bien.

  • Yo estoy muerto de sueño. Odio las mañanas.

  • Bueno, es lo que toca.

  • Sí...oye Alex ¿qué haces el sábado?

  • Yo...pues he quedado con una amiga.

  • Ah vaya ¿Y qué haréis?

  • Ella quiere salir, pero no lo veo muy claro.

  • Pues podríamos no se, salir juntos, seguro que si se lo digo a Luke se apunta.

  • Bueno...es que...

  • ¡Alex!- salvada por la voz de Tyson.

  • Eh Ty.- le dije con una sonrisa. Él me abrazó y me dio un beso en la mejilla. Kevin carraspeó.

  • ¿Qué quieres?- dijo Tyson con desprecio.

  • Si no te importa, Lodge, estaba hablando con Alex.

  • Me importa. Vamos, Alex.- Y Tyson tiró de mi y me arrastró hacia dentro.

  • ¿A qué ha venido eso?- le pregunté enfadada. No fue porqué me librara de pesado de Kevin si no que fue el método.

  • No soporto a ese tio, siento si he sido brusco.

  • Un poco, no es que no crea que Kevin sea un pesado, pero te has pasado.

  • No quiero verte cerca de él. No es agua clara.

  • ¿Por?

  • El año pasado estuvo persiguiendo a mi hermana y no se, creo que se obsesionó un poco. No me gusta.

  • Ah claro, te cae mal porqué tu hermana le gustaba y tu hermanita no se toca.- le dije riendo.

  • No es eso, pero Adriana me dijo que en ocasiones era demasiado insistente. Me da mala espina.

  • Claro, claro...

  • ¡Eh, que es verdad!- dijo Tyson con su habitual alegría.

  • Anda, vamos a clase.


Y fui yo quien le cogió la mano para tirar de él.

La mañana me pasó volando, en cuanto me di cuenta ya era la hora del almuerzo y estaba sentada junto a Tyson riendo las ocurrencias de Dylan. Haley estaba sentada enfrente de nosotros y me estaba fulminando con la mirada, no supe por qué hasta que me di cuenta que Tyson tenía su brazo alrededor de mi cintura. Me sentía tan bien con él que ya no notaba cuando él me tocaba, me parecía algo natural.

Terminó la hora del almuerzo y Tyson y yo teníamos clases separadas, estaba hablando con él, despidiéndome hasta la hora siguiente cuando el me rodeó la cintura y se inclinó para darme un tierno beso el los labios, se lo devolví y creo que después me sonroje ya que todos nos habían visto, si antes Haley me fulminaba con la mirada ahora sin duda estaba a punto de matarme y me odiaba. Lo mejor de todo es que tenia clase con ella.

Cuando entró en clase fue a sentarse al extremo opuesto a donde yo estaba sentada. Me dolió que me tratara así, vale, se supone que estaba en su derecho porqué ella tuvo algo con Tyson y ahora yo “estaba” con él, pero ellos llevaban meses sin hablarse.



Esa semana me pasó volando y en cuanto me di cuenta ya era viernes y yo tenía la casa llena de niñas, que si una esto, que si una lo otro...¡me estaba volviendo loca! Para la suerte de mi salud mental llegaron los refuerzos, es decir, Tyson y Jade. Entre los tres conseguimos domar a las fieras e incluso pasarlo bien nosotros. Bueno, la verdad es que Tyson se lo pasó en grande haciendo de conejillo de indias de las niñas y Jade y yo riéndonos de él.

Cuando por fin Chloe y sus amigas se quedaron dormidas Jade se marchó a su casa alegando que estaba agotada y Tyson se quedó conmigo. Pasamos la noche juntos.

Al principio nos quedamos en el salón viendo una película, pero viendo que nos estábamos a punto de quedar dormidos nos fuimos a mi habitación, esa noche me dormí entre los brazos de Tyson y dormí realmente bien.

Me desperté sintiendo un peso encima de mi cadera, mire hacia abajo y vi que era la pierna de Tyson, luego me di cuenta que estaba abrazado a mi como un mono, exactamente igual que cuando dormí en su casa, esta vez no grité, sino que empecé a hacerle cosquillas y él se removió inquieto, luego sople sobre su cara y como seguía sin despertarse le pegué un mordisco en el brazo, entonces si que se despertó:

  • ¡Dios Alex! Esto duele.

  • Es que no te despertabas y por si no te has dado cuenta estas aplastándome.

  • ¡Ai! Lo siento.- y me liberó de su agarre.- Buenos días.- me susurró.

  • ¿Buenos? Tu sabes que hay una manada de niñas en la habitación de Chloe.

  • Lo sé, pero podemos con ellas.

  • No estoy tan seguro de eso ¿qué les apetecerá desayunar? ¿gofres? No, mejor crepes. Hay cereales también, o puede que quieras cruasanes o algo de fruta...

  • Alex, callate.- y me besó sabiendo que esa seria la única forma en que me callaría.


El beso se hizo mas intenso a medida que pasaba el tiempo, ahora las manos de Tyson estaban en mi cintura por debajo de mi camiseta y las mías estaban jugando con su pelo. Mi mente gritaba que parara, que eso no era posible para mi, pero mi cuerpo decía lo contrario, estaba respondiendo al toque de Tyson y me sentía rara ¿lo que sentía era excitación? Probablemente... todo estaba siendo tan natural, por primera vez en mi vida me gustaba que alguien me tocara, estaba deseando mas e incluso me aventuré a poner mi mano debajo de la camiseta de Tyson, le acaricié la espalda y él me apretó mas hacía él y en lugar de besar mis labios empezó a besar mi cuello, en ese momento se abrió la puerta.

  • Alex tenemos hambre.- dijo Chloe, luego nos miró y abrió mucho los ojos.

  • Ahora mismo voy, cielo.- le dije. Entonces ella entrecerró los ojos y puso sus pequeños brazos en jarras.

  • ¿Os estabais besando?

  • ¡No!- le dije yo gritando. A Tyson le dio por reírse y yo le golpeé.

  • ¡Auch!- se quejó.

  • Chloe, ahora bajamos.- le dije cortante. Ella se fue y Tyson empezó a reírse otra vez.- No te rías. Esto no tiene ninguna gracia.- le dije.

  • Yo creo que tiene bastante gracia pues.

  • Seguro que le creado un trauma a Chloe.

  • Anda, no seas exagerada.- me levanté de la cama y él me imitó.

  • Venga, vamos a preparar el desayuno.

  • Un segundo.


Tyson me rodeó otra vez con sus brazos y me dio un ultimo beso antes de salir de la habitación.


El desayuno fue una locura, cada niña quiso una cosa diferente. Por suerte durante la media hora después las madres y los padres de las niñas fueron llegando para llevárselas, finalmente solo quedaron mi hermana (obviamente) y Emma. Había acordado con Allison que después de comer llevaría a Emma y a Chloe a su casa.

Tyson se fue y quedamos que vendría a buscarme después de comer. Pasé lo que quedaba de mañana con las niñas y después de comer subí a cambiarme de ropa. Como Tyson dijo vino a recogernos, llevamos a las niñas a casa Allison y después de charlar un rato con ellas nos fuimos.

Pasamos por casa Dylan a buscarlo y luego fuimos a recoger a Jade ¡Dios! Era igualita a Tyson, se subió al coche con gafas de sol y con la cara marcada por las sabanas:

  • ¿Resaca?- le preguntó Tyson.

  • No preguntes y dame un cigarro.- dijo Jade.- necesito urgentemente un café.


Paramos en un Starbucks para que Jade consiguiera su café y nos fuimos a la bolera, sí, habíamos quedado para ir a la bolera.

Como en todo lo que hacía, Ty era bueno jugando a los bolos, Dylan y Jade se manejaban bastante bien y yo cuando cogí la bola me fui directa al suelo, esa cosa pesaba mas que yo, los tres se rieron de mi durante media hora, yo muy dignamente me crucé de brazos y les di una mirada de odio. Cinco minutos después Tyson ya estaba a mi lado pidiéndome disculpas y prometiendo que él me enseñaba a jugar. Pasamos la tarde en la bolera y Jade quien ya estaba recuperada de su resaca puesto que se había tomado cuatro cervezas y volvía a estar en su punto quiso pasar por su casa antes de ir a cenar, obligó a los chicos a quedarse en el coche y a mi me hizo subir con ella, estuvimos media hora en su apartamento, Jade se cambió de ropa, se maquilló y se peinó, luego me miró a mi y haciendo mala cara me obligó a ponerme una falda demasiado corta para mi gusto, luego me arregló el pelo y me maquilló, cuando bajamos a la calle otra vez los chicos estaban a punto de quedarse dormidos:

  • ¡Dios santo, Jade! ¿Por qué las mujeres siempre tardáis tanto?- dijo Dylan.

  • Para joderte a ti.- le respondió Jade.

  • Bueno, bueno, haya paz.- dijo Tyson.- ahora ¿dónde vamos a cenar?

  • Yo quiero pizza.- dijo Dylan.

  • Oh, que original.- dijo Jade. En serio, esos dos se llevaban fatal, toda la tarde igual, estaban a punto de hacer que me explotara la cabeza.

  • A mi la pizza me apetece.- dije.

  • ¿Ves?- dijo Dylan.

  • Bueno, en ese caso...-dijo Jade.


Tyson puso los ojos en blanco pero arrancó y nos llevó a una pizzeria, la misma que estaba cerca del instituto. El sitio estaba bastante concurrido por lo que tuvimos que esperar a que se vaciara una mesa. Cuando por fin tuvimos mesa nos hicieron pasar y Tyson vio algo que no le gustó nada. A Adriana, su hermana cenando con un chico, sin decir ni media palabra se acercó a su mesa y empezó a hablar con ellos, mas bien dicho a discutir con su hermana, creo que la conversación terminó cuando Tyson amenazó directamente al tipo que iba con Adriana, después de eso Adriana se levantó, cogió la mano del chico y se lo llevó de allí, eso sí, antes le dedicó una mirada celestial a Dylan. Tyson volvió a nuestra mesa con el ceño fruncido y se sentó a mi lado, entonces Jade pensó que sería una buena idea darle la charla:

  • Deja de amargarle la vida a Adriana. Está mayorcita.

  • Tiene 16.- dijo Tyson.

  • Si, y tu 17.

  • Cumplo los 18 en un mes.- protestó Tyson.

  • ¿Quieres que te recuerde lo que hacías tu a su edad?

  • No hacía nada.

  • Oh, si que lo hacías. Saliste con esa zorra ¿cómo se llamaba?

  • Brittany.- dijo Dylan.

  • Eso, Brittany.

  • Ah calla, no me lo recuerdes.- Tyson.

  • Pues eso, dejala cometer sus bonitos errores.- dijo Jade. Y no le dejó tiempo de contestar puesto que se dirigió a mi.- hablando de errores Alex, cuéntanos los tuyos.

  • ¿Mis errores?- pregunté yo.

  • Sí, algún novio oscuro en el pasado.

  • Ninguno.- dije.

  • ¿Ninguno?- asentí.- dime que no es verdad.

  • ¿Por qué no puede serlo?

  • Bueno, no se. Solo que es raro.

  • Créeme, no he tenido ni tiempo, ni ganas.


Me vi salvada por el camarero que vino a preguntar si ya sabíamos lo que íbamos a tomar, pedimos cada uno una pizza diferente y bebidas también diferentes, Jade pidió una cerveza puesto que era la única que legalmente la podía tomar, Tyson coca.cola, Dylan Sprite y yo agua. Seguimos hablando de tonterías mientras nos sacaban la comida y cuando tuvimos nuestras pizzas delante hablamos muy poco, todos estábamos famélicos. Ty se comió toda su pizza entera y media de la mía, aun así aún se quedó con hambre. Hicimos un poco de sobre mesa y finalmente nos decidimos a marcharnos, fuimos a un pub en el que había bastante gente de nuestra edad, Jade nos consiguió unas cervezas y estuvimos haciendo el idiota, Dylan al poco rato desapareció y Jade estaba en la pista bailando muy emocionada de manera que me quedé sola en la mesa con Tyson:

  • Cuéntame.- le dije simplemente para molestarle.- ¿Qué ha sido de Brittany?- y me reí.

  • Ah, no, tu también no.- dijo él tapándose la cara.

  • Vamos, cuenta, cuenta. Siento curiosidad.

  • La conocí en el instituto, salí con ella un tiempo, luego descubrí que se había tirado a medio equipo de rugby y la dejé.

  • Vaya...lo siento.

  • Bah, da igual. No se como no lo vi.

  • Eras joven e inocente.- bromeé, el hizo una mueca.

  • ¿Y tu? Es raro eso de que no haya un novio antes.

  • Como ya he dicho no me ha sobrado el tiempo.

  • Ahora tampoco te sobra y me tienes a mi.- dijo.

  • Bueno, eso es porqué tu eres un pesado.

  • ¿Cómo que pesado?- dijo fingiendo enfado.

  • Ya sabes que no puedes vivir sin mi, me diste pena.

  • ¿Sabes Alex? Creo que hoy vas a volver andando a casa.

  • ¿Qué? Anda tonto,que era broma.- le dije siguiéndole el juego.

  • No me harás cambiar de opinión.

  • Bueno pues entonces iré a ver si encuentro a alguien que quiera llevarme.- me levanté y automáticamente me cogió de la cintura y terminé sentada en sus rodillas.

  • ¿Encima que me llamas pesado, tonto y lastimero me vas a cambiar por otro?- bromeó.

  • Bueno, no se.- su cara estaba peligrosamente cerca de la mía. Me besó.

  • ¿Y ahora?

  • Puede.


Volvió a besarme y estuvimos un rato así hasta que vino Jade y se sentó a nuestro lado con una sonrisa pícara en los labios. Ella nos molestó durante un rato y consiguió nuevas cervezas, al menos para ella y para mi puesto que Tyson conducía.


Media hora después sentía que mi bufeta urinaria estaba a punto de explotar así que me dirigí al baño, hice la larga cola que había apretando las piernas y sin parar de moverme, cuando finalmente pude entrar me sentí en la gloria, hubiera besado el suelo si no estuviera tan asqueroso. Salí del baño sintiéndome como una mujer nueva y me encontré de frente con Kevin:

  • Ei Alex.- dijo. Su aliento me golpeó la cara, olía a alcohol.

  • Hola.- contesté.

  • Que bien que nos hayamos encontrado. ¿Me dejas que te invite a algo?

  • Eh, pues eres muy amable, pero estoy con Tyson y Jade, bueno y Dylan está por algún sitio. Debería volver con ellos.

  • Si, antes te he visto con Lodge, parecías muy cariñosa.- en ese momento Kevin me había tomado del brazo y me estaba haciendo daño.

  • Kevin suéltame, me estás haciendo daño.

  • ¿Por qué no te pones cariñosa conmigo también?

  • He dicho que me sueltes.- pero no me soltó, en lugar de eso me llevó hasta la salida de emergencia que estaba justo detrás de nosotros y me sacó de aquel lugar. La salida de emergencia daba a un estrecho y oscuro callejón. Apiladas al lado de la puerta había cajas de bebidas vacías.- Kevin por favor, dejame ir.

  • Ya me he cansado de ir a las buenas contigo. Pero no, no podías simplemente decirme que si, tenías que irte con el idiota de Lodge, ahora quiero que me beses.- y acercó su boca a la mía.

  • No.- giré la cara. El volvió a intentarlo y la volví a girar.

  • Estate quieta, zorra.- entonces cogió mi cara con su mano y estampó sus labios contra los míos. Sentí nauseas. Al mismo tiempo la mano libre de Kevin se había metido debajo de mi falda “estúpida falda” pensé. Me estaba tocando y yo me sentía impotente, las lagrimas caían libres por mis mejillas y aunque intentaba apartar a Kevin con todas mis fuerzas él era robusto y no lo conseguía, intente golpearle la entrepierna pero fallé.- Te he dicho que estés quieta.

  • No quieres hacer esto.- le dije.- te denunciaré.

  • No lo harás si no quieres que le pase algo a tu hermanita, por esa por quien te preocupas tanto. La he visto y se como es, se a que escuela va.

  • No serás capaz.- le dije desesperada.

  • Sí que lo seré, sería horrible que la atropellaran accidentalmente. Y bueno ¿qué me dices de la hermana de Lodge, él te odiaría si se entera que le ha pasado algo por tu culpa. Y créeme, disfrutaré mucho tirandomela. Mucho mas que follándote a ti.

  • Eres un hijo de puta.- le dije.


Pero no me opuse, yo ya estaba jodida, ya me lo habían hecho, ya sabía como me sentiría después, también sabía que dolería, pero Adriana no lo sabía, ella tenía una vida normal y no tenía porqué pasar por eso, tampoco quería que Tyson me odiara y porsupuesto, estaba preocupada por Chloe:

  • ¿Qué quieres que haga?- le pregunté. Él sonrió.

  • Date la vuelta.


Me di la vuelta y él me empujó contra las cajas de bebidas, entonces me subió la falta y me bajó la ropa interior, me separó las piernas y mientras me tocaba oí como se bajaba sus pantalones. Después lo sentí entrar sin piedad dentro de mi. Dolió, mucho, mas de lo que había esperado, seguramente Kevin era mas grande que el cerdo de mi padre. Pero no grité, sabía que eso les excitaba y decidí que no le daría ese gusto, mientras ese hijo de puta hacía lo que quería conmigo yo no podía parar de pensar en ¿por qué a mi? ¿por qué estos infelices siempre me encontraban? ¿qué había hecho para que me violaran de esa manera?


Cuando Kevin terminó salió de mi y volvió a subirse los pantalones:

  • Ha sido grandioso, Alex. Muchas gracias.

  • Mal nacido...

  • Cuida es lengua, zorra. Si no puede que te haga otra visita hasta que sepas mantener la boca cerrada, bueno, te dejaré abrirla para que me la chupes.- y se fue riendo.


Mas lagrimas salieron de mis ojos, golpeé frustrada la pared y me hice sangre, me arreglé la ropa y supe que era el momento de salir de allí. Limpie mis lágrimas y cuando salí a la calle principal tomé un taxi para que me llevara a casa, en mi móvil había dos llamadas perdidas de Tyson, le mandé un mensaje diciéndole que me había marchado a casa porqué no me encontraba bien, que siguiera disfrutando la noche y que ya le llamaría por la mañana.


Llegué a casa con el único deseo de meterme en la ducha, tomar na valeriana para que me ayudara a relajarme y meterme en la cama, pero como siempre mis planes se vieron arruinados:

- Hola hija.- dijo mi padre detrás de mi.

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tierra de vampiros (Decimosegundo capitulo)

>> domingo, 21 de marzo de 2010

Misha se paseaba nerviosamente por toda la sala.
¿Dónde diablos se había metido Andrew?
¡El condenado vampiro llevaba 8 horas a fuera!
Por vigésima vez Misha fue a la ventana, la calle estaba desolada y si, una vez más la pelirroja estuvo tentada a desobedecer y salir a la calle.
-¿Es que nunca piensa volver? – pregunto a la gata.
El animal, la miro como si pudiera entenderle antes de ronronearle amistosamente.
-Por lo menos podría tener una tele, me estoy muriendo de aburrimiento.

Misha se había pasado todo el día investigando en las cosas de Andrew pero por más entrometida que fue, no encontró nada divertido, ni una radio y menos aun un televisor. ¿Con que demonios mataba el tiempo Andrew?

Lo único interesante que había descubierto, era la forma en la que Andrew dormía.
Ella se había pasado las dos semanas pasadas dándole vueltas al asunto. Quizá el vampiro tenía un sótano oculto, o a lo mejor la leyenda era cierta y tenía que dormir en un ataúd. Sip esas ideas pasaron por su cabeza, pero esta tarde había descubierto que Andrew dormía en un sofá.
¡Un sofá!
En su última visita Misha había encontrado una puerta cerrada, esta vez cuando comenzó a indagar, descubrió que la puerta estaba abierta. Sin pararse a pensar, la abrió, la habitación era una pequeña biblioteca. Había estada tan fascinada con la hermosura de los muebles, que al principio ni había reparado en el diván de la esquina.
Al acercarse al mueble, descubrió que Andrew dormía profundamente en el sillón.

Misha se había pasado la mitad del día contemplándolo, pues cuando dormía los fieros rasgos de su rostro desaparecían, dejando solo a un hermosísimo hombre.
Sería tan fácil enamorarse de ti – había pensado la mujer – no me costaría nada entregarme a ti.
Pero entonces recordó algo. Andrew no era humano.

Y esa era la razón por la cual, Misha quería irse a su casa, no quería enamorarse de Andrew pues sabía que eso era la mayor estupidez que podría hacer.



Andrew estaba ansioso.
Había recorrido toda la tierra de vampiros, pero no había encontrado ni una jodida pista de esos cabrones. ¿Dónde se abrían escondidos?

Sus hostiles pensamientos desaparecieron de golpe al entrar a su casa.
La pequeña pelirroja estaba acostada en el sillón llevando solo una de sus camisas, sus brazos estirados caían por el brazo del sillón y la tela de la oscura camisa se había levantado, dejando a la vista un cremoso muslo.
¡Joder! Esto si que era un buen recibimiento.
Al acercarse descubrió que estaba dormida, cosa que no era de extrañar dada la hora.
Apartando a Sheila, tomo en brazos a la laxa mujer para depositarla en la cama.

Andrew la estaba tapando cuando sus ojos se abrieron de golpe.
La pelirroja le dedico una somnolienta sonrisa que lo dejo asombrado.
¿Por qué sentía como mil mariposas en el estomago?

-Llegaste muy tarde – le dijo ella una voz extremadamente ronca que hizo que el pene de Andrew despertara.
-La mentó despertarte – contesto él, al ponerse de pie.
Su intención era poner distancia entre ambos, pero el sentir de la mano de su pequeña en el brazo se le impidió.
-¿Vas a dormir?
-Aun no ¿Por qué?
Por favor que diga que lo que estoy pensando.
-Solo quiero saber por qué duermes en el diván.
Mierda, esto no era lo que querida.
-Solo hay una cama.
-Una enorme cama – lo corrigió ella, levantando los cobertores para que Andrew pudiera ver mejor.
Y si que vio mejor, solo que no precisamente lo que ella le mostraba.
Andrew se mojo los labios al notar que la mujer no llevaba nada de bajo de su camisa.

Misha noto el cambio en la mirada de él.
Ahora la miraba como si fuera un mendigo famélico y ella fuera un gran banquete.
Su sentido común le gritaba que eso no era bueno, teniendo en cuenta que él era un vampiro, desgraciadamente, Misha nunca prestaba atención a ese sentido.
Sin siquiera darse cuenta de lo que hacía, la mujer se inclino hacia delante, hasta capturar los suaves labios de él.

Andrew no perdió el tiempo e inmediatamente la envolvió en sus brazos mientras su lengua saqueaba la boca de su pequeña.
Misha lo jalo hacia ella, hasta que ambos acabaron tumbados en la cama.
Ambos se besaron frenéticamente, desesperados por estar más y más acerca el uno del otro.

Andrew rompió el beso solo para decir – Solo tenemos dos horas antes de que amanezca – mientras decía esto sus manos desgarraron la camisa que cubría a la mujer. – La clase de hoy – seguí mientras la bajaba de la cama – será: ¡Cómo hacer una buena mamada!

Misha lo miro desnudarse sin decir palabra alguna, y esto no era porque no quisiera hablar, si no porque no podía. Parecía que el cuerpo de Andrew le drenada el cerebro.
-Agáchate – indico él, cuando ya estuvo desnudo.
Sin siquiera pensar en replicar, ella se arrodillo delante de él.
Normalmente la idea de tomar a alguien en su boca le producía asco, pero para su asombro se encontró deseando probar a Andrew.
Anhelaba descubrir si en verdad era tan duro como parecía.
Andrew miro como los hermosos ojos verdes comenzaban a oscurecerse por el deseo. –Aquí estoy frente a ti, ¿Hay algo que desees hacerme? – ella asintió – Pues bien pequeña, hazlo.

Eso era todo lo que ella necesitaba.
Misha lo tomo suavemente entre sus manos. ¡Por Dios, era tan grueso que sus pequeñas manos no lograban rodearlo!
Con las yemas de sus dedos, Misha siguió el camino de las moradas venas hasta que pudo masajearle las bolas.
-Tu mano es delicada – dijo él con la voz ronca.
Misha no le prestó atención pues en ese momento estaba explorando su amoratada cabeza de la cual, una pequeñísima gota de placer se escapo.
La pelirroja atrapo la mirada del vampiro y con una perversa sonrisa se inclino para lamer el semen.
-Hmm… – Misha no pudo evitar gemir, pues su sabor era ambrosia pura.

Como si fuera una gata hambrienta, Misha lo introdujo completamente en su boca. Apenas comenzaba a chuparlo cuando Andrew la detuvo.
-Con calma pequeña, usa mas la lengua y menos los dientes.
Ella asintió y volvió a intentar.
Esta vez su lengua fue la encargada en acariciar el duro falo, mientras que sus manos apretaban suavemente los testículos.

Andrew no sabía qué era lo que más le producía placer, si verla tan hambrienta de él o lo que su cálida boca le estaba haciendo.
-Méteme lo más profundo que puedas – le indico. La pelirroja dudo pero al final lo obedeció.
Andrew se asombro al descubrir que la punta de su pene tocaba la campanilla de su pequeña.
Y pensar que se atraganto cuando lo intento por primera vez, con aquel cabron.
-Bien – dijo con la voz habida – ahora traga. – ¡Joder! Esta vez la pelirroja ni dudo – Si…, así – Sin poder contenerse, Andrew la sujeto de la nuca y comenzó a envestir contra ella.

Misha permito de buen agrado que follara su boca, ¡era delicioso!
Colocando sus manos en las caderas de él, comenzó a seguir el ritmo de sus envestidas. Apenas habían pasado unos minutos cuando Andrew se tenso y con un movimiento brusco salió de ella.
Misha lo miro desconcertada, hasta que descubrió lo que pasaba.
Con determinación, tomo la gruesa polla y volvió a metérsela en la boca, para recibir toda la semilla. Suavemente lo succiono hasta dejarlo completamente seco.

-No tenías que hacer eso – dijo él mientras ella se lamia los labios.
-Cuando hago algo, me gusta hacerlo bien. ¿O no querías que bebiera tu semen?
-¡Joder si!, pero…, no se, pensé que como era la primera vez…,
Oh mierda, ¿Qué le pasaba? ¿Por qué se quedaba sin palabras?
Nunca ¡Nunca!, ni en su vida humana le había pasado esto, ¿por qué mierda ahora si?

Frustrado por lo que le pasaba, Andrew salió de la habitación sin darle explicación alguna.
Pensaba poner bastante distancia entre ellos, pero la pelirroja no le dejo, pues lo seguido hasta la biblioteca.
-¿Ahora qué te pasa?
-Nada.
-Oh claro, a ti no te pasa nada y el infierno solo es un sauna. – Andrew la fulmino con la mirada, pero para su sorpresa ella le devolvió la misma furia.
-¿Qué mierda quieres?
-¡Qué dejes de actuar como un cabron!..., tu…, tu primero me miras con ternura pero al instante siguiente parece que me odias.
-Lamento decepcionarte pequeña – su voz sonó tan sarcástica como pretendía – pero yo nunca te he mirado con ternura.
-¡Eres un cabron!
En ese momento Misha estaba tan furiosa que le pareció muy buena idea golpearlo, pero al instante siguiente se arrepintió.

Andrew la atrapo contra el suelo, se sentó a horcajadas en sus caderas atrapándole las manos, pues no quería que volviera a abofetearlo – Me golpeaste.
-Así es Einstein, y te aseguro que si me sueltas lo volveré a hacer.

Andrew estaba en un dilema, una parte de él quería destrozarla por su atrevimiento, otra estaba asombrado por su osadía y una más quería someterla…, pero quería hacerlo de una manera que resultara placentera para ambos.

Con una pecaminosa sonrisa, se echo a la mujer sobre el hombro e ignorando sus protestas la llevo de vuelta a la habitación.

La indignación de Misha creció más, cuando sin ningún cuidado, Andrew la dejo caer sobre la cama.
El vampiro se movía tan rápido por la habitación, que Misha solo pudo verlo con claridad cuando lo tuvo a sus espaldas.
-Una vez te advertí que no enfadaras al lobo – le susurro al oído antes de colocarla a cuatro patas en la cama.
-Y yo te dije que no eras un lobo.
Andrew rio por su respuesta – Eres audaz, mi pequeña dama.
Misha apenas estaba analizando sus palabras, cuando Andrew ya la tenía amarrada de las muñecas a la cabecera de la cama.
- Veamos cuánto dura ese coraje tuyo. – le dijo Andrew a sus espaldas.
¿Cómo demonios acabe así? – se pregunto Misha.
Andrew la había colocado en una posición nada ventajosa para ella, pero para el si que lo era.

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HOLA HOLA!

>> martes, 16 de marzo de 2010

Mensaje de ultima hora para todo el mundo que nos ve :D!!
Este 17 de marzo es el Dia de San Patricio y espero que todo el mundo lo celebre almenos con un lindo color verde en la ropa =D!!
y el proxiomo 27 de marzo a las 8:30pm (esta es la hora de Colombia y otros paises,pero pueden buscar la que les corresponda)va a ser el apagon contra el calentamiento global!!!
Para mas informacion -
http://www.europapress.es/epsocial/ong-y-asociaciones/noticia-apagon-wwf-todo-planeta-contra-cambio-climatico-volvera-realizarse-proximo-27-marzo-20100223142225.html


PARTICIPEN!!!!
Se les quiere :D

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APRENDER A VIViR...AN

>> lunes, 15 de marzo de 2010

CAPITULO 13.


Los primeros días que siguieron al que rompí mi amistad con Tyson fueron raros...era raro encontrarlo por los pasillos y que él desviara la mirada, o estar una hora completa sentada a su lado y no intercambiar ni una sola palabra. Me dolía mucho la situación y tenía que recordarme constantemente que era por su bien y también por el mío.


Mi coche ya estaba reparado, me habían llamado del taller para decirme cual era la avería y el precio de la reparación, como no era muy alto pagué y recupere mi coche. El día que volví a utilizar el coche para ir al instituto fue el primero de muchos en que Tyson me miró mas de tres segundos seguidos.

Chloe también estaba molesta conmigo porqué echaba de menos a Ty y cuando me preguntaba por él, yo jamás le respondía.

Con todo habían pasado tres semanas y con la única persona que hablaba “de mi edad” era Jade y por teléfono. Ella primero me echó la bronca por “romper” con su primo pero luego simplemente volvió a ser mi amiga.


Era domingo por la noche y me había pasado el fin de semana encerrada en casa estudiando, limpiando, ordenando y cocinando. Chloe, a la que no se le pasaba el enfado conmigo, no había querido salir así que no la obligué. Estaba cansada y cuando mi padre se coló en mi habitación esa noche, no opuse resistencia, no me sentía con fuerzas...cuando por fin se apartó de mi dijo:

  • Mañana salgo de viaje, no volveré hasta el domingo.

  • ¿Y eso?

  • Tengo una semana de vacaciones, me voy a Brasil con Michel y George.

  • Pasalo bien.- le dije por decir algo.

  • No lo dudes.- estaba abriendo la puerta para irse.- Te dejaré dinero en la cocina, no te preocupes.


Dicho eso salió de mi cuarto y yo me acurruqué abrazando mis rodillas, me estremecí solo de pensar lo que mi padre y sus amigos iban a hacer a Brasil y sentí lastima por las pobres niñas por las que seguramente pagarían, pero no podía impedirlo, no podía hacer nada y me sentí impotente. Lo único que me hacía sentir un poco bien era que estaría una semana completa sin él. Con ese pensamiento fui a darme una ducha y luego a comprobar a Chloe, una vez en su habitación me metí en la cama con ella y la abracé, así, protegiendo el pequeño cuerpo de mi hermana me quedé dormida.


Por la mañana me despertó Chloe, supongo que debido al cansancio y al saber que mi padre se iría, me dormí tan profundamente que no oí el despertador:

  • Alex, Alex- me sacudía mi hermana.

  • ¿Qué pasa cariño?- le pregunté perezosamente.

  • Te has dormido, son las diez.

  • ¿Qué?- de repente estaba muy despierta.- ¡Chloe! ¿Por qué no me has despertado antes?

  • Porqué también me acabo de despertar.

  • Bueno...vístete, haré algo de desayunar.


Bajé a la cocina a la velocidad de la luz, preparé unos platos con fruta y luego subí a mi habitación y me vestí, pasé por el baño y apresure a Chloe, nos comimos la fruta y nos fuimos a la escuela.

Cuando llegué al instituto era tardísimo y ya me había saltado la mitad de las clases, pasaban quince minutos de la hora de entrada de mi clase y cuando llamé a la puerta el profesor no me dejó entrar, de manera que me fui a la biblioteca pasando antes por la cafetería a buscar un café.

En la biblioteca no había mucha gente así que e senté sola en una mesa y me puse el iPod en las orejas. Luego revisé mis deberes y los que eran para ese día estaban todos hechos pero para el día siguiente me faltaban algunos así que empecé a hacerlos.

Cuatro canciones después vi como se abría la puerta de la biblioteca y entraban Kevin y otro chico tan pijo como él. Kevin sonrió al verme y vino a sentarse a mi mesa, el otro chico lo imitó:

  • Hola Alex.- dijo Kevin entusiasmado.

  • Hola- respondí.

  • ¿Qué haces aquí? No creo que te hayan expulsado.

  • No me han expulsado, directamente no me han dejado entrar por llegar tarde.

  • Eso ya va mas contigo.- bromeó Kevin. Yo le hice una mueca.

  • ¿Y vosotros?

  • A nosotros si nos han expulsado.

  • Sí.- dijo el otro chico.- por lanzarnos trozos de goma de borrar.

  • ¿Solo por eso?- pregunté yo. Ambos asintieron.

  • Por cierto.- dijo Kevin.- él es Luke, Luke ella es Alex mi compañera de alemán.

  • Lo había supuesto.- dijo Luke antes de dirigirse a mi.- Kevin no deja de hablar de ti ¿me harías un favor, Alex?

  • Supongo...

  • ¡Acepta una cita con él de una vez! A mi y al resto del equipo nos van a estallar los oídos si le volvemos a escuchar hablar de lo maravillosa que eres.

  • ¡Luke!- dijo Kevin sonrojado. También le dio una colleja.

  • Yo...esto...lo siento, tengo que irme.- dije.


Recogí mis cosas a una velocidad sorprendente y salí de la biblioteca aun mas rápido. ¿Qué les pasaba a los chicos de ese instituto? ¡Por Dios! Había supermodelos rubias en todas las esquinas ¿Por qué a mi?

Anduve dando vueltas por el instituto hasta que sonó la campana y pude dirigirme a mi siguiente clase, la que por cierto compartía con Tyson. Luego fue la hora del almuerzo así que me dirigí a la cafetería y me senté junto a Haley, estaba comiendo mi ensalada cuando llegó un mensaje de texto a mi móvil, lo saqué del bolsillo trasero de mis vaqueros y vi que era un sms de Jade ( Vengo el jueves, tu y yo fiesta. No discutas.) le respondí con un simple (OK) y seguí comiendo.


El día pasó tranquilo y prácticamente sin incidentes, después de las clases fui a trabajar y luego a buscar a Chloe, mientras volvíamos a casa se me ocurrió una idea para que Chloe dejara de estar enfadada conmigo:

  • Chloe.- le dije.- la semana que viene es tu cumpleaños.

  • Sí.- contestó ella.

  • He pensado que, bueno, la semana que viene no lo podremos hacer porqué estará papá en casa y se va enfadar, pero si quieres el viernes podemos hacer una fiesta de pijamas para celebrarlo.

  • ¿De verdad?

  • Claro, pero solo si tu quieres.

  • ¡Si que quiero! Se lo tengo que decir a Emma, a Vanessa, a Julia, a Mary,...

  • ¡Eh, frena! Te dejo invitar a cinco, no quiero morir tan joven.

  • Haremos una lista al llegar a casa.- dijo firmemente.


Y si, cuando llegamos a casa, Chloe fue apresuradamente a buscar una hoja de papel y un bolígrafo, yo aun estaba quitándome los zapatos cuando ella volvió a mi lado y empezó a dar saltitos, le hice rabiar un poco y antes de sentarme con ella a hacer la lista fui a mi habitación a dejar mis cosas y a cambiarme de ropa, volví a bajar al primer piso y entonces si, me senté a la mesa de la cocina con Chloe para hacer su lista.

Al final Chloe escogió a las niñas que ya había nombrado antes y a otra llamada Kate. Entonces , cuando ya hubo terminado la lista le mandé a hacer los deberes y yo hice las invitaciones, nada del otro mundo, solo el nombre de Chloe, el mio, nuestra dirección y mi numero de teléfono, subí a mi cuarto y las imprimí, luego volví a la cocina para terminar los deberes.


Para la cena, Chloe y yo decidimos que queríamos hamburguesa con patatas así que fue lo que preparé. Cuando terminamos de comer mi hermana ya se estaba muriendo de sueño así que la envié a la cama, fui a su habitación a arroparla y luego yo también me fui a dormir con la seguridad de que nada malo iba a pasarme.

Me desperté un poco mas temprano de lo habitual, ya que tenía que ducharme y había decidido que quería preparar un buen desayuno, cuando lo tuve todo listo fui a despertar a Chloe que también se metió en la ducha mientras yo me vestía. Me sentía bastante optimista así que acabé arreglándome mas de lo normal, me puse mis vaqueros menos anchos junto con una camiseta verde de manga larga y botones, me calcé mis converse no converse y ya estaba lista. Mi hermana me llamó para que la ayudara a desenredar su pelo así que fui al baño a ayudarla, una vez allí y después de haber peinado a Chloe, arreglé también mi pelo e incluso me maquillé un poco. Realmente era una estupidez lo que estaba haciendo pero hacía que me sintiera un poco mas normal.


Nos comimos el desayuno, nos lavamos los dientes y salimos para la escuela de Chloe, al llegar ella se bajó del coche feliz y con las invitaciones de su fiesta de cumpleaños/pijamas en la mano, me hizo sonreír verla tan ilusionada. Cuando desapareció de mi campo de visión volví a poner el coche en marcha y me fui al instituto decidiendo que nada iba a arruinar mi día.


Llegué puntual a clase de física y ahí, justo en el pupitre continuo al mio estaba Tyson, se me quedó mirando un poco más de lo normal y yo aparté la mirada incomoda. Me senté y saqué mis cosas, ese día el profesor explicó por lo que me dediqué a prestar atención y a intentar olvidar la presencia de Tyson.


Cuando me di cuenta ta era la hora del almuerzo y me reuní con todos en la mesa de siempre, Haley se sentó a mi lado y empezó a charlotear. Después de unos cinco minutos los oídos me zumbaban y estaba a punto de asesinarla. Des del otro lado de la mesa Tyson me miraba, me hacía sentir incomoda de manera que, simplemente me levanté de la mesa y me fui, camine hasta salir al “campo de fútbol”, una vez allí me senté bajo la sombra de un árbol y saqué mi iPod. Estaba escuchando Gun's and Roses cuando apareció Kevin que iba caminando feliz, él me vio y se desvió un poco de su camino para hablar conmigo:

  • Hola Alex ¿qué haces aquí?

  • Tomar un poco de aire.

  • ¿Y eso? ¿te encuentras mal?

  • No, pero tanto jaleo me estaba dando dolor de cabeza.

  • Te entiendo, es horrible cuando todos nos ponemos a gritar a la vez.

  • Sí ¿Tú dónde ibas?

  • Oh, vengo de hablar con el entrenador, así que iba a la cafetería.

  • Seguro que tienes hambre.

  • Mucha.

  • Pues no te entretengas, queda poco rato para que termine el almuerzo.

  • Sí, lo se, pero me da pena dejarte aquí sola.

  • Bueno, ese era el plan. Estar un rato sola.

  • Oh, lo siento. No quería molestarte.

  • No me molestas. Pero si tienes hambre ve, a mi no me molesta estar sola.

  • Ok. Bueno...luego nos vemos.

  • Claro, adiós.- Kevin se fue pero entonces apareció Tyson.

  • Eres muy diplomática.- dijo.

  • Ya...

  • Si te preguntas que hago aquí la respuesta es que te estaba buscando.

  • Ya me has encontrado.

  • ¿Qué te pasa?

  • Nada.

  • Parecías estar mal ahí dentro.

  • Haley me estaba taladrando la cabeza. Y tu me hacías sentir incomoda.

  • ¿Yo?

  • Sí, no dejabas de mirarme.

  • Bueno...es que estoy harto de esta situación.

  • Yo también.- le confesé.

  • Te echo de menos, me aburro mucho sin ti.

  • Los míos también.

  • ¿Eso significa que puedo volver a darte la brasa?

  • Supongo que si.

  • Prometo no volver a besarte.

  • Y yo prometo respetar las distancias.

  • Me parece justo.

  • Y a mi.

  • Bien, vamos pues.


Tyson me ofreció su mano y me puse en pie con su ayuda. Fuimos juntos a la siguiente clase y cuando terminaron me acompañó a mi coche. Estaba sujetándome la puerta para que entrara cuando tuve una idea:

  • Ty ¿quieres venir a cenar?

  • ¿Dónde?

  • A mi casa. Hoy.

  • Claro.

  • Perfecto, porqué Chloe te echa mucho de menos.

  • Vale, pues ahí estaré.

  • Entonces nos vemos luego. Y bueno...preparate para la tortura de mi hermana.


Subí al coche y me fui a trabajar. Cuando llegué, Rob estaba de especial buen humor. Canturreaba de un lado para otro y al final me contagió su entusiasmo.

Como siempre Allison vino con Emma un poco mas tarde:

  • ¿Te has vuelto loca?- me preguntó Allison.

  • ¿Yo? ¿Por qué?

  • Por organizar una fiesta de pijamas.

  • Hmm... si, supongo que he perdido algunas tuercas.

  • Ai...no sabes en lo que te metes. No van a tardar mucho en llamarte una panda de madres preocupadas por sus retoñas.

  • Creo que podré manejarlas.

  • Si necesitas ayuda...ya sabes.

  • Si no recuerdo mal el médico te ordenó reposo.

  • El médico es un amargado. Yo soy una mujer de acción. No puedo quedarme en casa.

  • Eso salta a la vista.

  • Oye ¿aquí quien es la adulta?- bromeó.


Como Allison predijo me llamaron todas las madres de las niñas que habían sido invitadas a la fiesta de pijamas. Creo que hablé quince minutos con cada una de ellas ¡suerte que Rob estaba de buen humor!

Cuando terminé de hablar con todas ellas me sentía cansada mentalmente y solamente tenía ganas de salir del bar y de que me tocara el aire. Vinieron los mismos clientes de siempre, ya ni tenia que preguntarles lo que iban a tomar porque siempre tomaban lo mismo y de la misma manera. Mi turno llegó a su fin y después de despedirme de Rob hasta la mañana siguiente, me fui a buscar a Chloe. Cuando salió parecía contenta pero decidí no decirle que Tyson vendría, así se llevaría una sorpresa.

Llegamos a casa y seguimos la misma rutina de siempre, yo preparaba la cena mientras que Chloe hacía los deberes en la mesa de la cocina. Estaba pelando unas patatas cuando sonó el timbre, me lavé las manos y fui a abrir.

Tyson iba vestido igual que por la mañana, con vaqueros y una camiseta negra de manga corta, en su cara había una enorme sonrisa:

  • ¿Llego tarde? ¿pronto? No me has dicho hora así que he calculado el tiempo mas o menos.- dijo.

  • Bah...no te preocupes. Estoy aun haciendo la cena, pasa.

  • ¿No está tu padre?- preguntó receloso.

  • Está en Brasil.

  • Bien.- Tyson entró y se puso a gritar- ¿Dónde está la chica mas guapa de todo el planeta?- después de dos segundos exactos Chloe hizo su aparición.

  • ¡Tyson!- y se lanzó a sus brazos.

  • ¿Me has echado de menos, renacuaja?

  • Mucho.

  • ¡Yo también a ti!

  • ¿Por qué no venias a verme?

  • Porqué tu hermana es una gruñona.

  • Lo se, da asco.

  • Eh ¿quién te ha enseñado a hablar así?- le pregunte enfadada a mi hermana.

  • Los Simpson.

  • Te quedas sin ver la tele una semana,

  • ¡Alex!

  • Ni Alex, ni nada. Ahora termina tus deberes.

  • Vale...¿Tyson me ayudas?

  • Claro.- le contestó él.


Fuimos todos a la cocina y ellos se sentaron en la mesa para terminar los deberes de Chloe mientras que yo preparaba la cena. Cuando estuvo lista cenamos los tres tranquilamente. Mi hermana se quedó literalmente dormida sobre la mesa ya que cuando terminamos de comer estuvimos hablando un buen rato, al final la pobre cayó rendida. Le dije a Tyson que iba a acostarla, lo hice y luego volví a bajar, él estaba recogiendo la mesa:

  • ¿Qué haces?- le pregunté.

  • Recoger.

  • Ya lo veo, pero no tienes que hacerlo.

  • Tss...yo hago lo que quiero.

  • Mira tu que bien.

  • Ahora siéntate y descansa, yo friego.

  • ¿Y yo que hago mientras?

  • Puedes mirarme el culo.- le tiré el tapón del agua a la cabeza.- Ouch.

  • Idiota.

  • Está bien, yo friego tu secas.

  • Eso me parece justo.


Empezamos a fregar los platos pero terminamos los dos empapados. Tyson empezó a llenarme la cara con espuma y yo me vengué tirandole agua, al final se convirtió una guerra. Nos dejamos caer sobre las sillas de la cocina exhaustos por culpa de “pelear” y de reír. Él aun tuvo el valor de estirar su brazo y remover mi pelo, le aparté con un manotazo y le saqué la lengua:

  • ¡Oh! Que madura.- exclamó.

  • Callate.

  • ¿Quieres mas?

  • Mas ya no me puedes mojar.

  • ¿Qué te apuestas?

  • Lo que quieras.- entonces se levantó y vino hasta mi, se agachó y con un rápido movimiento me puso sobre su hombro.- ¿Qué haces? ¡Suéltame!

  • Hemos hecho una apuesta.- Empezó a andar y luego a subir las escaleras. Yo empecé a pellizcarle el bajo de la espalda y él me mordió la pierna.- Estate quieta.- me dijo. Pero no le hice caso y empecé a moverme mas cuando me di cuenta que me estaba llevando al baño.

  • ¡Tyson Lodge, ni se te ocurra hacer lo que estas pensando!

  • Oh si, claro que lo haré.

  • Si haces eso voy a matarte, luego te cortare en pedazos y alimentare al león de Madagascar con tu carne.

  • El león de Madagascar no existe, deja de ver películas con Chloe.

  • Pues alimentare a la orca Willy.

  • En realidad se llamaba Keiko y murió.- abrió la puerta del baño, se dirigió a la bañera y después de abrir la mampara, activo el agua y me metió a dentro.

  • ¡Ah! Te odio.- le dije intentando salir, pero el muy idiota cerró la mampara y la bloqueó con fuerza.- ¡Tyson dejame salir!

  • Pero si no hay nada mejor que una buena ducha.- se burló él.

  • Eres un idiota, y un capullo. ¡Abre o te juro que te arrepentirás!

  • ¿Qué vas a hacerme medio metro?

  • Te voy a rapar la cabeza mientras duermes.

  • Jajaja- empezó a reírse. Entonces como vi que Tyson no iba a abrir empecé a buscar alternativas. Vi el vote de champú, lo cogí y luego empecé a suplicar.

  • Tyson por favor, déjame salir. Ya no me puedo mojar mas.

  • La verdad es que tengo miedo de que me ataques.

  • Te juro que no puedo hacer nada, además, no puedo contigo.

  • ¿Lo prometes?

  • ¡Que si!- Y Tyson abrió la mampara y yo aproveché para vaciarle el bote de champú en la cabeza.

  • ¡Traidora!- gritó él.

  • Ojo por ojo.


Y entonces resbalé, y me sujeté a Tyson pero él terminó también dentro de la bañera, no se como no nos matamos. Tyson estaba doblado de la forma mas extraña que jamas he visto, mis piernas estaban debajo de él, mientras que nuestros torsos estaban el uno al lado del otro, las piernas de Tyson dobladas hacia atrás, un brazo fuera de la bañera y el otro al lado de mi cabeza:

  • ¡Me aplastas!- le dije.

  • ¡Dios, mi brazo!

  • Oye...aparta.

  • Un poco de paciencia, que esto es culpa tuya.

  • ¿Cómo que culpa mía? Eres tu quien me ha puesto en la ducha.

  • Sí, pero tu me has tirado el bote de champú.

  • Así estarás mas limpio.

  • Te odio.

  • Y yo a ti.- en ese momento Tyson ya había liberado mis piernas. Me puse en pie e iba a salir de la bañera, pero Tyson me agarró de la cintura y me acercó a él.

  • ¿A dónde vas? Quiero que me laves el pelo

  • Claro ¿Te hago también la pedicura?

  • Si quieres.- y no lo vi, realmente no le vi las intenciones de echarme el otro medio bote de champú en la cabeza.

  • ¡Te mato!- le dije.

  • Diente por diente.- y sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

  • Esto ya es demasiado.

  • Ven, te lavo el pelo si tu luego haces lo mismo conmigo.

  • No llego.

  • Me agacharé.

  • Tss.- resoplé.


Entonces Tyson se quitó la camiseta, la escurrió bien y la colgó del toallero, se volvió hacia mi y empezó a frotar mi cabeza creando una cascada de espuma, el muy idiota, me llenó la cara de espuma y empezó a reírse, yo le pegué un manotazo en el pecho. Me quitó todo el jabón del pelo y la cara y pude abrir los ojos sin miedo a que me picaran. Cuando los abrí me tope con el pecho de Tyson justo enfrente de mis ojos, noté un cosquilleo en mi vientre. El me comunicó que era mi turno y se sentó en el borde de la bañera para que pudiera llegar. Empecé a lavarle el pelo y la verdad es que eso se sentía genial. Las cosquillas en mi vientre aumentaron y estoy segura de que mi corazón empezó a latir mas deprisa. Le quité el los restos de champú y cerré (por fin) el agua. Volví a poner mis manos en su pelo y le quite los mechones de delante de los ojos, nos quedamos mirando a los ojos y Tyson puso sus manos en mis caderas, yo tenía las mías enredadas en su pelo y esa vez fui yo la que unió sus labios con los míos. Le besé, si, y al segundo siguiente él me tenía abrazada contra su pecho mientras nos dábamos un beso mucho mas ardiente que el anterior.

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